El Head-Up Display es un artilugio de origen militar que, poco a poco, empieza a colonizar la industria del automóvil por el plus de seguridad que aporta al conductor tener la información más relevante en el parabrisas, justo a la altura de sus ojos, evitando que tenga que apartar la vista de la carretera si desea consultar datos importantes como la velocidad o las indicaciones del navegador.
Este sistema nació en la década de 1950, cuando algunos aviones de combate empezaron a equiparse con estos sistemas que ‘colocaban’ la pantalla (display) a la altura de la cabeza (Head-Up). Adaptado a la conducción, este sistema proporciona desde las indicaciones más básicas presentes en todo cuadro de instrumentos a la información que proporcionan, por ejemplo, el detector de peatones o los sistemas de visión nocturna.
El Head-Up Display se basa en la reflexión de la luz. De esta manera, mediante una serie de espejos, la luz que proyecta la información rebota hasta un punto imaginario situado a unos dos metros por delante del vehículo para que así el conductor pueda contemplarla nítidamente y como si saliera de la misma luna delantera. En algunos modelos más económicos, la información se proyecta sobre un soporte situado entre el tablero y la luna.
Esta diferencia de sistema de proyección es puramente económica ya que para proyectar la información sobre la luna parabrisas se necesita que tenga unas características técnicas especiales ya que en los convencionales las imágenes saldrían distorsionadas o duplicadas a causa del laminado especial de seguridad con el que están fabricados. Una circunstancia que, lógicamente, encarece el precio del sistema.
El primer coche que montó un Head-Up Display fue fabricado por General Motors en 1988. Se trataba, concretamente, de un Oldsmobile Cutlass Supreme, un sedán de tamaño medio que desapareció definitivamente en 1997. Los sistemas actuales poco tienen que ver con este primitivo sistema, limitado a proyectar la velocidad del vehículo, las revoluciones a la que funcionaba el motor y los testigos de niveles.
Los dispositivos de proyección de información Head-Up actuales son un sistema de ayuda a la conducción que ofrece muchísimos datos al conductor. A los ya comentados como la velocidad a la que circula el coche o las indicaciones del navegador, hay que sumar la velocidad máxima de la vía, la marcha recomendada para una conducción eficiente o, incluso, algunos sistemas tienen la capacidad de advertir de la presencia de objetos u otros vehículos en la vía en situaciones de baja visibilidad.
En un futuro próximo, estos sistemas evolucionarán exponencialmente añadiendo a sus posibilidades funciones hoy casi inimaginables. En este sentido, algunas marcas están desarrollando dispositivos Head-Up con realidad aumentada que permitirán, por ejemplo, eliminar el capó gracias a la tecnología Transparent Bonnet, con lo que se conseguirá aumentar la visibilidad y la seguridad durante la conducción.
Si de momento no tienes pensado cambiar de coche por uno que pueda incorporar esta tecnología, como el Volkswagen Passat, el Renault Megane o los Audi A6 y A7, siempre tienes la posibilidad de comprar un equipo autónomo y portátil. Estos dispositivos se colocan sobre el salpicadero y proyectan los datos sobre él. Otra opción todavía más barata es bajarse una app al móvil que simule dichas funciones, como Hudway, disponible para IOS y para Android.
MOVENTO TE RECUERDA…
- El Head-Up Display es un artilugio que aporta al conductor tener la información más relevante en el parabrisas, justo a la altura de sus ojos, evitando que tenga que apartar la vista de la carretera.
- Este sistema se basa en la reflexión de la luz. Mediante una serie de espejos, la luz proyecta la información a unos dos metros por delante del vehículo para que así el conductor pueda contemplarla nítidamente y como si saliera de la misma luna delantera