Hace unas décadas, tras la primera crisis del petróleo de 1973, y un poco más tarde cuando empezamos a tomar conciencia medioambiental, el diésel tomó ventaja frente a los coches de gasolina por el menor consumo que suponía y, en principio, menos emisiones. Por si fuera poco, los diésel turboalimentados supusieron el consumo a mínimos y mejoraron notablemente las prestaciones de los motores diésel, superando en la mayoría de las ocasiones a sus hermanos de gasolina. Unas características que sedujeron cada vez a más conductores hasta conseguir que en 2015 el 65% de los vehículos que circulaban por nuestras carreteras fueran diésel. Hoy la realidad es totalmente diferente y corren malos tiempos para los coches diésel.

Con un mayor y creciente acoso fiscal, con la sombra de los diferentes escándalos de emisiones y con la futura limitación de su circulación por las grandes ciudades, la pregunta es inevitable: ¿sale a cuenta comprarse un vehículo propulsado por un motor diésel? La compra de un coche con motor diésel no siempre es rentable, a pesar de la creencia popular contraria. Muchas veces su adquisición no es una buena elección y su compra no resulta rentable para gran parte de los usuarios. A la hora de hacer la elección correcta hay que tener en cuenta el precio de compra, el precio y consumo de combustible, la cuantía del seguro de coche, los gastos derivados del mantenimiento y la diferencia en el valor residual del vehículo.

Lo primero que hay que valorar es, obviamente, el precio de compra. Los diésel suelen ser unos 2.000 euros de media más caros que sus homólogos de gasolina y sus seguros también son más caros, casi un 14% más de media según el comparador de seguros Acierto.com. Y, por si fuera poco, de todos es sabido que los motores diésel necesitan de un mantenimiento más complejo que encarece sus cuidados a lo largo de toda su vida útil. ¿Por qué siguen siendo mayoritarios entonces? Por su menor consumo y por el precio, todavía inferior, del diésel frente a la gasolina. Un factor que, poco a poco, los coches de gasolina están mejorando equiparando sus consumos de forma progresiva.

¿Cuándo te saldrá a cuenta comprarte un diésel? Básicamente cuando tengas que realizar muchos kilómetros. Algunos estudios aseguran que la mayoría de los europeos apenas hacemos 50 kilómetros diarios de media con nuestro coche. ¿Cuántos haces tú? Si contándolos y multiplicándolos por 365 te salen más de 20.000, la compra de un vehículo diésel te sale a cuenta. A partir de este kilometraje, la diferencia de costes y consumos se equilibra y la compra -restricciones medioambientales aparte- es rentable.

Para acabar de acertar en tu elección, sin embargo, debes tener en cuenta otros factores que también tienen su importancia.  Aquí es donde tienes que analizar qué uso vas a dar al vehículo. Si, por ejemplo, lo vas a dedicar a trayectos por ciudad o a desplazarte por carretera. En este sentido, tienes que tener en cuenta que algunas ciudades, como Madrid o París, han decidido prohibir la circulación de coche diésel por sus calles a partir de 2025. Otras, como Barcelona, ya ha anunciado que restringirá la circulación de vehículos contaminantes en 2020. Una decisión que podría afectar a más de la mitad de la flota matriculada en la ciudad. Así, a partir del próximo mes de abril los coches de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel con más de 10 años de antigüedad tendrán prohibido entrar y moverse por la ciudad durante los episodios de contaminación. Una prohibición que se extenderá a todos los días del año a partir de 2020.

El argumento para tomar esa decisión no admite discusión: se trata de reducir la emisión de partículas nocivas para la salud, como los óxidos de nitrógeno (NOx), precisamente el mayor elemento contaminante de los motores diésel.

Ante este panorama, la mayoría de fabricantes, como Mercedes-Benz, ha empezado a lanzar alternativas más sostenibles medioambientalmente, como vehículos híbridos o 100% eléctricos. Y es que, como dice el refrán, “a rey muerto, rey puesto”.

STERN MOTOR TE RECUERDA…

• La compra de un coche con motor diésel no siempre es rentable, a pesar de la creencia popular contraria. Muchas veces su adquisición no es una buena elección y su compra no resulta rentable para gran parte de los usuarios.
• A partir de 20.000 kilómetros anuales, la diferencia de costes y consumos se equilibra y la compra de un coche diésel -restricciones medioambientales aparte- es rentable.