Este junio no va a ser menos aventurero. Por ello, os presentamos una ruta de tres días por el norte de España. Una zona repleta de paraísos naturales, llena de valles y montañas, parajes protegidos y un eterno color verde que inunda todo el recorrido.
SABADELL – LOGROÑO
Salimos desde Sabadell dirección Zaragoza, pasando por el Desierto de los Monegros, tierra lunar y árida. Cruzaremos la capital de Aragón para dirigirnos hacia Logroño, en La Rioja, primera visita de nuestros tres días de descubrimiento de esta zona de la Península.
Desierto de los Monegros
Durante el camino, podremos contemplar el Parque Natural Bardenas Reales. Si el tiempo nos lo permite, una visita a esta reserva de la biosfera nos descubrirá caminos y senderos en los que perdernos en un entorno incomparable. Tras esto, podemos acercarnos a Calahorra para reponer fuerzas en el Restaurante ‘La Taberna de la Cuarta Esquina’, un estagblecimiento que encontraremos en pleno casco antiguo y donde podemos degustar la cocina típica de La Rioja.
Una vez repuestos, seguiremos el último tramo hasta Logroño, no sin antes desviarnos para recorrer el Parque de Peñas de Iregua, Leza y Jubera, en el que podremos contemplar, surcando sus cielos, águilas reales, halcones peregrinos y buitres leonados. Algo que no se ve todos los días.
Ahora ya sí, nos dirigimos hacia la capital riojana, donde pasaremos la noche y podremos disfrutar de su animada noche. Un buen lugar en el que dormir puede ser el AC Hotel La Rioja by Marriott. Tras instalarnos, no podemos dejar escapar la ocasión de visitar la Calle Laurel o la menos conocida Calle San Juan, en la que descubrir los vinos y pinchos típicos de la región. Cada establecimiento tiene su especialidad, por ello un paseo por esta calle será un placer para el paladar.
LOGROÑO – PAMPLONA – ELIZONDO
Por la mañana, tras el desayuno, una buena manera de empezar la jornada es la visita a alguna de las bodegas de la capital riojana, como por ejemplo la Juan Alcorta, Bodegas Olarra o las Bodegas Ontañón. Todas ellas interesantes por la calidad de sus vinos y la arquitectura de sus centros. Tras esta enovisita por uno de los patrimonios de La Rioja, nos dirigimos hacía la capital de Navarra, Pamplona. Famosa por los Sanfermines, es una ciudad preciosa para perderse durante todo el año, y más con la llegada del buen tiempo. Llegamos a la ciudad preferida de Ernest Hemingway, a quien cautivó su fiesta y sus calles estrechas, la catedral de Santa María, su Ciudadela y la Cámara de Comptos. Un buen lugar en el que parar y saciar nuestro apetito es el Restaurante Europa, donde saborear todos los productos de la tierra.
Tras la visita obligada a la ciudad, dejaremos la masificación de la urbe, para conocer una zona recóndita de Navarra, salvaje e incomparable, donde relajarnos. Hablamos del Valle del Baztan. Un lugar en el que disfrutar de los bosques, arroyos, cuevas, un mosaico natural único creado por una climatología singular que dota a este valle de una personalidad diferente a cualquier otro. Con la idea de olvidarnos del asfalto por un día, del ruido y de la contaminación, encaminamos nuestra ruta hacia Elizondo. Nada más salir de Pamplona y adentrarnos en la N-121A, tras pasar por Sorauren, nos daremos cuenta que entramos en un paraje natural de incalculable valor.
Baztan. Foto: www.kuadrillas.com
Una vez lleguemos a Elizondo encontraremos en el Hostal Trinquete Antxitonea, una mansión del s.XIX en el casco antiguo, un buen lugar en el que instalarnos. Pasear por sus calles adoquinadas, disfrutar del atardecer con el rio Baztan de fondo, descubrir los secretos de la pelota vasca en los diferentes trinquetes (canchas) de la localidad, o escuchar las leyendas e historias de este frondoso valle, son algunos de los alicientes de este pequeño gran municipio.
Antes de dormir, es visita obligada el Santxotena, en el que degustar la cocina tradicional vasca con productos de proximidad. La caza de temporada, el txuritabeltz (Blanco y Negro: Embutido con sangre encebollada) y la chuleta o solomillo de ternera del mismo valle son algunos de sus principales atractivos gastronómicos.
ELIZONDO – ZUBIRI- SABADELL
Empezamos el último día de nuestra ruta con energía y fuerzas renovadas, visitando alguna de las tabernas del municipio para desayunar en abundancia. Nos dirigimos por la NA-1740 hacia el Monte de Alduide, una carretera que cruza una tupida zona de árboles, con curvas y paisajes que nos harán disfrutar al volante nuestro coche.
Eugi. Foto: Fernando Goñi
Si viajamos con niños, disfrutarán viendo pastar a las ovejas y los terneros, mientras cruzamos esta increíble zona, siguiendo el curso del rio Olazar y embalse de Eugi que ofrece unas vistas espectaculares. Llegamos a Zubiri, pueblo famoso por ser lugar de paso del Camino de Santiago Francés, próximo a Roncesvalles y rodeado de un paisaje apabullante. Aquí, en el Restaurante GauTxori, mesón típico navarro, podemos que probar el cordero y el gorrín. Un lugar con el encanto de la tradición en el que el buen servicio y el producto de calidad están asegurados.
Seguimos desde Zubiri hacia el Espinal para enfilarnos por la NA-140 dirección Burgui, por la que cruzaremos todo el Pirineo Navarro hasta llegar a la N-240 cerca de Jaca y de allí hasta Huesca, viendo los campos y montañas que abastecen esta comunidad de productos gastronómicos reconocidos por todos. Una vez en Huesca, ya podemos adentrarnos en la A-22 para volver a casa con el recuerdo de los sitios descubiertos, los caminos andados y de los sabores descubiertos en estos tres días por La Rioja y Navarra.
