Este julio, os proponemos una escapada singular a tierras más frías. Un lugar salvaje, donde los poderes de la naturaleza se muestran con toda su belleza, creando una escena imponente, donde la bruma cubre los valles y los lagos reflejan verdes colinas. Inconfundiblemente, estamos en Escocia, y vamos a empezar una ruta en la que buscaremos monstruos en lagos y descubriremos la zona de los Highlands.
EDIMBURGO – GLASGOW
Empezamos nuestro día en la capital de Escocia, más concretamente en el The Haven Café, para coger fuerzas y estrenarnos al más puro estilo scotish con un abundante desayuno típico escocés a base de huevos, tocino, salchichas, patatas, tomate asado, pan tostado y mermelada.
Vistas sobre Edimburgo
Al salir podemos dirigirnos a ver las maravillas que nos ofrece esta histórica ciudad. Visita obligada es el Castillo de Edimburgo, imponente sobre Castle Hill, y donde descubrir las habitaciones reales y la Capilla de Santa Margarita. Atentos, al llegar la una del mediodía disparan un cañón que retumba en todo el centro. Tras el castillo, podemos visitar la Catedral de St. Giles o bajar por el Bank Street y visitar la Galería Nacional. Es aconsejable parar un momento en algún bar cercano y comer algo rápido, porque nuestra visita continúa. Subirnos al monumento de Scott y contemplar las vistas de la ciudad o dirigirnos a Calton Hill y descubrir porque llaman a esta enigmática ciudad la Atenas del Norte son algunos de los pasos que no te puedes perder. Antes de anochecer cogeremos el coche para dirigirnos hacia Glasgow, la ciudad más grande del país.
Llegamos para hospedarnos en el Grand Central Hotel, un edificio histórico de 1883 que en su interior guarda unas habitaciones con todos los lujos modernos, en pleno centro de la ciudad. Antes de dormir, podemos visitar la concurrida Princess Square y probar las especialidades locales en el restaurante Number 16.
GLASGOW – TROSSACHS NATIONAL PARK – PERTH
Empezamos el día y nos dirigimos hacia una de las maravillas de la región, el Loch Lomond and the Trossachs National Park, en el que pasaremos la mañana disfrutando de este lugar en el que descubrir la historia de Rob Roy McGregor, navegar por sus lagos, visitar el centro de aves salvajes o bien perderse en una larga caminata entre un paisaje apabullante. Tras su visita nos dirigimos a Sterling para descansar y reponer fuerzas en el The Old Bridge Inn donde probar los mejores productos del mar, pescado fresco y marisco en un ambiente agradable y familiar. Tras esta merecida pausa, nuestra ruta sigue hacia la cuna del golf, St. Andrews.
Lago Lomond y el Parque Nacional Trossachs
Esta población de la costa meridional de Escocia es conocida por su universidad, la tercera más antigua de Gran Bretaña, y por ser la meca del golf, un deporte que dicen que se practica allí desde 1457. Los aficionados a este deporte no os podéis perder el Royal and Ancient Golf Club, así como el Bristish Golf Museum. Aunque también merecen una visita las ruinas de la Catedral y la torre de Saint Rule, monumento que se mantiene en pie, y el Castillo, también en ruinas, pero que no deja a nadie indiferente por su espectacularidad.
Tras el partido de golf o la visita a esta pequeña gran ciudad, llena de historia, acabaremos el día cenando en el The Grange Inn, un típico local scotish, en el que descubrir la vitalidad local.
Y para dormir rendiremos homenaje al deporte que ha hecho famosa a esta ciudad en el Old Course Hotel St Andrews, un exclusivo resort famoso por su campo de golf y por sus increíbles vistas a la playa West Sands.
SAINT ANDREWS – PITLOCHRY – FORT WILLIAM
Hoy toca madrugar y poder aprovechar al máximo el día. Tras el desayuno saldremos en dirección Pitlochry, a los pies del Cairngroms National Park y puerta de entrada de los Highlands. Pasaremos por la carretera que viaja a través del Lago Tummel y el Tay Forest Park y pararemos en el Castillo de Blair, sede del único ejército privado de Europa, en el que no os podéis perder el ‘Diana’s Grove’, un abeto de más de 62 metros de alto.
Seguimos nuestro camino hacia Fort William, atravesando valles, parques y lagos como el Ericht y el Laggan y picos como el Creag Meagaidh hasta llegar a Fort William, a orillas del lago Ei.
Fort William
En la ciudad encontraréis el Museo Nacional de las Highlands, un lugar en el que descubrir las peculiaridades de toda la zona norte de Escocia. Repleta de plazas, la ciudad invita a entrar en el algún pub a tomar un bocadillo rápido durante el día. Para una representación de la majestuosidad de toda esta zona no nos podemos perder el lago Moral. Por la tarde, podemos adentrarnos en el centro de la ciudad en la que se han rodado partes de la saga Harry Potter.
Podemos acabar el día en el Cafe Beag, pintoresco establecimiento en el que dejarnos maravillar por la cocina tradicional británica de la vieja escuela. Tras la cena, el majestuoso Cruachan Hotel nos espera para dormir. En la base del monte Ben Nevis, la montaña más alta de Inglaterra, y con unas espectaculares vistas al lago Linnhe, es un lugar perfecto en el que descansar de esta intensa jornada.
FORT WILLIAM – LAGO NESS – INVERNESS
Con las increíbles vistas del monte Ben Nevis, emprendemos de nuevo el camino hacia uno de los lugares más famosos de esta zona de las islas británicas, un lugar en el que la leyenda se ha vuelto casi realidad y que forma parte del imaginario colectivo, hablamos del lago Ness. Un lugar en el que, aunque no encontremos ningún monstruo, la belleza nos desbordará. Antes de llegar, recorremos una fabulosa carretera que discurre por Fort Angus, y las no menos espectaculares ruinas del Castillo de Urquhart, con siglos de historia sobre las contiendas de la zona. Podemos cruzar el lago en barca o bien realizar una excursión por los diferentes senderos que se encuentran a lo largo de la carretera y que discurren alrededor de este inmenso y famoso lago escocés.
Para cuando el hambre nos aceche, uno de los mejores lugares en el que pararnos es el Dores Inn, no sólo por las increíbles vistas que ofrece de este reconocido lago sino por su excelente cocina tradicional.
Lago Ness
Seguimos en dirección a Inverness, capital de las Highlands y donde el río Ness desemboca, para pasar la última noche de nuestro viaje. Pasear por High Street y visitar el Town House, la estatua de Flora McDonald o el mercat Cross son algunos de sus atractivos. A tan sólo unos pasos de nuestro hotel y antes de acabar el día, podemos pararnos a cenar en el River House Restaurant y disfrutar de una cena tradicional en uno de los lugares más íntimos y bonitos de la capital del norte. En el centro de esta ciudad encontraremos una casa victoriana, el Ardross Glencairn, un hotel romántico y con aires clásicos ideal para encontrar el reposo y reponernos de todo el cansancio del día.
INVERNESS – EDIMBURGO
Por la mañana, un paseo por la orilla del río Ness nos puede despejar del sueño, contemplando el precioso fiordo de Moray en el que se encuentra la ciudad. Ha llegado la hora de despedirnos de las Highlands, de su historia y sus leyendas. El camino por la A9 hasta Edimburgo, cruzando el Caingroms National Park, nos permitirá recordar estos 5 días de ruta por una de las zonas del mundo en las que la naturaleza muestra toda su belleza de una forma abrupta, salvaje y desmesurada. Simplemente, el corazón de Escocia.