Renault 5, cuando la innovación rompe las previsiones

renault 5

Era el año 72 cuando vio la luz por primera vez el que se convertiría en un uno de los coches más exitosos de Renault. Pese a las reticencias iniciales que despertó su innovador diseño, los 5,5 millones de unidades vendidas del Renault 5 pusieron de manifiesto que la sociedad estaba más predispuesta a acoger los cambios de lo que pensaban algunos fabricantes de automóviles.

Más de 40 años después de su lanzamiento, podemos considerar a este coche tan anhelado por la juventud de los 70 y 80 de nuestro país como un clásico con suficiente personalidad como para destacar en nuestro recorrido por la historia de los mitos sobre ruedas. Moderno, urbano y elegante, el R5 no tenía nada que ver con los modelos económicos de la época y así es como se convirtió en un automóvil para el cambio generacional y en uno de los coches predilectos de los jóvenes de clase media alta.

Diseñado por Michel Boué, tras investigaciones llevadas a cabo entre estudiantes universitarios, y fabricado durante más de una década en la factoría de Montaje II que la marca francesa tenía en Valladolid, el R5 incorporó varios elementos rompedores que hicieron que algunos lo tacharan de poco práctico y le auguraran un mal futuro. Entre ellos, las formas redondeadas y la ausencia aparente de empuñaduras en las puertas y de paragolpes (por primera vez, de poliéster), ambos integrados en la carrocería, le dieron un aspecto innovador. Sin embargo, la novedad que generó más escepticismo fue la carrocería de dos puertas, que muchos pensaron que limitaría las ventas a los jóvenes. Una demanda inicial que superaría la fabricación y que generaría lista de espera acabaría pronto con las voces críticas.

Pese a ser un coche compacto de dimensiones ideales para ciudad – 3,50 m de largo y 1, 52 de ancho -, el R5 ofrecía un gran volumen interior y una considerable capacidad de carga, gracias a su amplio portón y a la posibilidad de abatir la banqueta trasera. Estuvo inicialmente disponible en versión L, con el motor del Renault 4 de 782 cc con 36 CV, y en TL, con el motor del Renault 8 de 956 cc con 47 CV. Sin embargo, a lo largo de sus veinte años de producción, vivió una evolución constante, poniendo en el mercado muchas versiones y acabados. Entre ellas, una versión deportiva denominada R5-LS en el 74; el R5 Alpine, con 90 CV de potencia, en el 76; la versión 5 puertas, en el 79; el R5 Turbo, en el 79, y el R5 TX, una versión de lujo, en el 82. En el 84 todas las versiones base cambian su nombre por el de Lauréate, la segunda generación del Renault 5, que pese al nombre y aspecto similar, responde a una concepción distinta de vehículo.

También coche de carreras

El R5 ha sido un vehículo muy utilizado en competición, tanto en sus variantes normales como con el R5 Turbo, usado en el mundial de Rallyes. En España estos modelos han sido parte importante de la historia del automovilismo deportivo y todos los pilotos de esa generación participaron al volante de alguno de ellos en las carreras.

El más conocido es el doble Campeón del Mundo de Rallyes, Carlos Sainz. El madrileño disputó y ganó la R5 TS y la Copa R5 Turbo en circuitos. Todo ello ha contribuido a reforzar la popularidad del Renault 5 que se ha convertido en uno de los mitos indiscutibles de la historia del automovilismo.