Relucir no es sólo cuestión de paciencia

En nuestro post de hoy queremos ofreceros algunos consejos útiles a la hora de lavar el exterior del coche a mano, señalando algunos trucos para que la carrocería de vuestro vehículo quede como estaba recién salido del concesionario.

Sí, lo sabemos… lavar el coche suele dar pereza y, además, siempre ocurre lo mismo; ley de Murphy: ¡Se acaba de secar y llueve! Pero debemos tener en cuenta que cada coche tiene que ser una joya para su dueño y, como tal, debe relucir. Por eso, compartimos algunos consejos para tener la máquina siempre a punto y en perfecto estado para el asfalto.

Empezamos por escoger el sitio adecuado y, aunque pueda parecer que es mejor lavar el coche al sol, es todo lo contrario. Mientras enjabonamos bajo el sol, el champú puede pegarse sobre la pintura, lo que provocaría que aparecieran huellas al secarse. Por eso, buscaremos preferiblemente un sitio a la sombra para ponernos manos a la obra.

Agua: antes, durante y después

El polvo, los insectos, el barro y los excrementos de pájaro son los principales enemigos que hay que combatir. Por ello, y para no rayar el coche, lo primero que aconsejamos es darle un primer lavado sólo con agua, de manera que esta suciedad se reblandezca y no tengamos que frotar. Moja el coche de arriba hacia abajo, nunca con el chorro del agua directo a la carrocería. Hemos de tener en cuenta que el arrastre de la suciedad araña la pintura y con el tiempo el color pierde toda la viveza. Si el agua sale a presión, hazlo a distancia para que no se produzcan arañazos.

Una vez tengamos toda la carrocería mojada, mezclamos en un cubo agua y un jabón líquido que lubrique bastante, para favorecer el deslizamiento. Mojamos la esponja/guante/paño de microfibra/algodón en el cubo y comenzamos a lavar toda la carrocería. Es muy importante que enjabonemos el vehículo en línea recta, sin hacer círculos, sin presionar, y sobre todo, por partes. Según acabes una zona, aclárala, para evitar que el jabón se seque, y empieza desde el techo para que la suciedad de la zona superior no ensucie áreas ya lavadas. Además, así el jabón va cayendo, arrastrando el polvo acumulado.

Por último, llega la hora del secado. Cabe destacar que nunca debemos secarlo en marcha o al sol, puesto que lo único que conseguiremos es que se ensucie más rápido, que las gotitas de agua queden marcadas y que la cal que queda al evaporarse el agua dañe la pintura. Debemos secarlo con un trapo de microfibra/algodón sin presionar mucho. En cuanto a los cristales, los secaremos con una bayeta mojada, papel de secar, o con esos aparatos especiales para cristales.

La cera, una buena aliada

Siempre queda la duda de si encerar el coche o bien prescindir de ello. Nosotros aconsejamos hacerlo cada dos o tres meses, no tanto para conseguir más brillo, sino para proteger la chapa y pintura de la suciedad que suele pegarse.

Como conclusión, debéis tener en cuenta que necesitareis: un lugar con sombra, 2 paños/guantes/bayetas de microfibra/algodón, manguera normal/a presión, jabón líquido, cera y PACIENCIA… MUCHA PACIENCIA, ya dicen que para lucir, hay que sufrir…