Una de las grandes novedades del año que acabamos de dejar atrás fue el Range Rover Velar, el cuarto modelo de Land Rover, a medio camino entre el Evoque y el Sport, un vehículo que rinde homenaje a un preserie homónimo de 1969 del que sólo se montaron 26 unidades, hoy buscadísimas, que fueron la antesala del primer Range Rover. Si hay coches que entran por la vista, uno de ellos es el Velar, una auténtica escultura sobre ruedas, probablemente el SUV más atractivo del mercado. El Velar no es un SUV más, es un referente que marcará el futuro del segmento gracias a su elegancia y vanguardia.
El diseño del Velar se mantiene fiel a las pautas que caracterizan la gama Range Rover. Eso sí, con toques más brillantes, agresivos y modernos como un frontal que intimida con sus minimalistas faros Matrix LED, su enorme parrilla central, su paragolpes monumental, su voladizo trasero alargado y ascendente, sus gigantescas llantas de aleación de 22 pulgadas o sus deportivas salidas de aire y faldón. Un coche, en definitiva, que se reconoce al instante y que conjuga su trepidante modernidad con los estándares clásicos que caracterizan a la marca británica.
El Range Rover Velar es, sin duda, un coche de lujo. Y eso se nota nada más pasar al interior con unos colores, formas, materiales e iluminación que lo convierten en una especie de santuario privado que invita a disfrutar mientras se conduce. La selección de los materiales, por ejemplo, anuncia calidad y enamora. No falta el cuero, que se mezcla sutilmente con la tela y con superficies plásticas modernas en un salpicadero clásico y limpio. Punto y aparte son los asientos, tapizados en cuero perforado, montados sobre unas banquetas ventiladas y calefactadas, totalmente regulables eléctricamente.
El confort del Velar, sin embargo, va mucho más allá de sus asientos. Las dimensiones y distribución internas hacen de este modelo un coche con mucho espacio disponible, tanto para los ocupantes, como de almacenamiento, tanto en su reposabrazos abatible y corredizo como en su generosa guantera, tapizada y dotada de cuatro tomas USB y de 12V. Otro punto a destacar es su impecable aislamiento acústico, que protege de los ruidos exteriores, tanto del rumor del motor, como los propios de la aerodinámica o de la rodadura de las enormes ruedas con las que se equipa el Velar.
Pero volvamos al interior, un habitáculo tecnológico y consagrado al servicio de los ocupantes. Puestos a destacar un elemento nos quedamos con la doble pantalla táctil con sistema Touch Pro Duo, en la que se engloban casi todos los botones físicos del vehículo, digitalizando los pulsadores habituales en los salpicaderos convencionales. Un poco más abajo de las pantallas se encuentran los únicos botones físicos del Velar, los dos rotativos que permiten cambiar de función a golpe de pulsación y el botón de encendido-apagado-volumen del equipo de sonido. El resto de pulsadores son capacitivos y se destinan al aire acondicionado, recirculación, lunetas térmicas, desconexión del control de tracción y activación del asistente de descenso.
El volante del Velar, por su parte, es fiel a la tradición clásica de la marca e incluye dos grupos de botones capacitativos que, literalmente, brillan y actúan coordinándose con la pantalla de alta definición de 12,3 pulgadas. Tanto esta consola como el cuadro de mando del Velar son perfectamente legibles, independientemente de las condiciones lumínicas del habitáculo. La tecnología de este modelo no acaba aquí. Su Head-Up Display dinámico, su sistema de mantenimiento de carril, su asistente de frenado, su control de velocidad adaptativo, su reparto de par a las cuatro ruedas o su suspensión adaptativa, por decir algo, convierten al Velar en uno de los SUV más avanzados del mercado y más gratificantes de conducir.
Con dos toneladas de peso podría ser un coche aburrido de conducir o torpe, en cambio el Velar se muestra excitante y resolutivo tanto en carretera como fuera de ella. Lo propulsan dos motores de seis cilindros en V, uno diésel de 3.0 litros, 300 CV de potencia y 700 Nm de par motor; u otro de gasolina también de 3.0 litros, pero en su caso con 380 CV y 450 Nm de par motor, ambos sobrealimentados por compresor y asociados a la caja de cambios automática ZF de ocho velocidades. Si a estos motores potentes se le suma su transmisión resolutiva y bien calibrada, el resultado es un coche que se mueve realmente bien en el que da gusto ir tras el volante gracias a su confort de marcha magnífico.
MOVENTO TE RECUERDA…
Si hay coches que entran por la vista, uno de ellos es el Velar, una auténtica escultura sobre ruedas, probablemente el SUV más atractivo del mercado. El Velar no es un SUV más, es un referente que marcara el futuro del segmento gracias a su elegancia y vanguardia.