Radares por tramo, ¡el frenar se va a acabar!

El exceso de velocidad sigue siendo la principal causa de accidentes de tráfico y de muerte en las carreteras españolas. Esta es una de las razones por las que, en los últimos años, para controlar que efectivamente se respetan los límites de velocidad, las carreteras españolas se están llenando de los llamados radares de tramo: dispositivos que calculan la velocidad de un coche en función del tiempo que éste tarda en recorrer una determinada distancia. El primero de estos radares se instaló en 2009 en el túnel de Vielha, en la Vall d’Aran. Seis años después, 18 radares por tramo controlan las carreteras catalanas y están situados en puntos que destacan por su alta siniestralidad.

Los mal llamados radares de tramo -en realidad no son radares ya que no envían ninguna señal y se limitan a cronometrar el tiempo de paso- utilizan unas cámaras de visión artificial infrarroja y un sofisticado software para registrar la matrícula de cada coche, calcular su velocidad en un tramo de carretera y determinar si se le multa por exceso de velocidad. Su funcionamiento es muy sencillo. Cuando un vehículo se adentra en un tramo de velocidad controlada pasa por un pórtico equipado con cámaras que lo fotografían y registran su paso a una hora, minuto y segundo determinados. Al abandonar el tramo, el coche vuelve a pasar por un segundo pórtico que registra nuevamente los datos temporales de paso.

Los datos registrados por ambas cámaras son enviados a un centro de datos que se encarga de comprobar el tiempo exacto que cada coche ha invertido en recorrer el tramo controlado por el radar. De esta manera se calcula su velocidad media. Si ésta es superior a la permitida en aquel tramo, los datos se envían a las autoridades de tráfico para que tramiten el correspondiente expediente y remitan la denuncia al titular del coche multado. Por ejemplo, si el radar controla un tramo de cinco kilómetros con una velocidad limitada a 100 km/h, cualquier coche que recorra dicho tramo en menos de tres minutos será multado.

Los radares por tramo están convenientemente señalizados, de la misma manera que lo están los radares fijos convencionales. Consultando su situación en la página web del Servei Català de Trànsit podrás planificar tu viaje extremando las precauciones para no sobrepasar el límite de velocidad establecido. Normalmente, los tramos controlados por estos radares tienen que cumplir una serie de requisitos como que, por ejemplo, no existan salidas o entradas a la vía en el tramo sujeto a control, con el objetivo de evitar la salida o incorporación de vehículos sin pasar por los pórticos de entrada y salida del tramo.

 

Este tipo de radares son mucho más efectivos que los radares convencionales. Por un lado, pueden controlar casi cualquier zona sin tener en cuenta ni la luz ni la hora del día, ya que las cámaras de lectura de infrarrojos pueden funcionar igualmente por la noche o en circunstancias de baja luminosidad sin flash. Por otro lado, estos radares están interconectados. Es decir, que las cámaras realizan la lectura de las matrículas aunque entres en el tramo por el carril derecho y salgas por el izquierdo.

Además de los excesos de velocidad, estos radares también sancionan la circulación por debajo del 50% de la velocidad establecida. Los radares por tramo tienen otra utilidad: permiten estudiar los movimientos y flujos circulatorios y obtener datos para futuros estudios de movilidad. Finalmente, al contrario que los radares convencionales, los radares de tramo no tienen margen de error por disfunciones del cinemómetro, por lo que son mucho más fiables y hacen inútil el truco de reducir la velocidad al pasar por un radar fijo y acelerar una vez lo hemos sobrepasado.

El primer radar de tramo en la red catalana se instaló en 2009 en el túnel de Vielha (Lleida). En la actualidad, funcionan un total de 18 radares de este tipo:

AP-7. Uno entre Ulldecona i la Aldea.

B-20. Un tramo en la Ronda de Dalt, entre plaza de Karl Marx y el Nus de la Trinitat, en sentido Besòs.

C-14. Un tramo en Bassella (Alt Urgell, Lleida).

C-16. Dos tramos: uno en las inmediaciones de Vallvidrera y otro en la entrada de Berga.

C-58. Uno entre Sabadell y Badia.

C-65. Dos tramos: uno a la altura de Fornells de la Selva y otro entre Cassà de la Selva y Llagostera.

C-66. Un tramo en Rupià (Girona), a la altura de Púbol.

N-II. Cinco tramos: entre Fornells de la Selva y Quart; entre Fornells y Queralt; entre Girona y Sant Daniel; y dos más en la circunvalación de Girona.

N-230. Dos tramos en las comarcas de Lleida. Uno de ellos en el túnel de Vielha.

N-340. Dos tramos en la provincia de Tarragona, entre Sant Carles de la Ràpita y Amposta.

 

Ahora que sabes algo más sobre los radares de tramo, cómo son y dónde están, intenta respetar siempre los límites de velocidad. Por tu seguridad y por la del resto de conductores.

 

MOVENTO TE RECUERDA…

  • El exceso de velocidad sigue siendo la principal causa de accidentes de tráfico y de muerte en las carreteras españolas.
  • Los radares de tramo controlan el tiempo que un coche tarda en recorrer una determinada distancia y están situados en puntos que destacan por su alta siniestralidad.
  • Estos radares hacen inútil el truco de reducir la velocidad al pasar por un radar fijo y acelerar una vez lo hemos sobrepasado.