Que el estrés no te haga perder los papeles al volante

Que el estrés no te haga perder los papeles al volante

Aunque, para quienes están habituados, conducir sea un acto casi automático, lo cierto es que requiere de diversas destrezas físicas y psicológicas. Además de mantener siempre un estado de alerta frente a los estímulos externos de la carretera, a menudo hay que ser capaz de hacer frente a situaciones de estrés.

En nuestro día a día, todos vivimos momentos que nos ponen en tensión: mientras nos dirigimos al trabajo, a la universidad, a una cita… Un embotellamiento en el tráfico, un vehículo que nos antecede a menor velocidad, alguien que nos molesta con sus luces, el semáforo en rojo, cambios en el estado del camino, peatones despistados, etc. pueden convertirse en un cóctel explosivo contra nuestro sistema nervioso que genere reacciones (incumplimiento de los límites de velocidad, adelantamientos poco prudentes, equivocaciones por distracción) que pongan en peligro nuestra vida o la de otros.

Según estudios de la Dirección General de Tráfico (DGT), una amplia mayoría de conductores españoles conduce bajo diferentes estados de estrés y éstos son la cuarta causa de accidentalidad de tráfico en el país. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como una reacción fisiológica del organismo que lo prepara frente a una situación de tensión física y en ocasiones psicológica, por lo cual, según esta definición, todos diariamente estamos sometidos a estrés. Sin embargo, lo importante es ser consciente que, aunque sea una respuesta natural del organismo, debemos saber cómo controlarla para que no desencadene en problemas de salud.

Detectar estados de estrés mientras estamos al volante e intentar disiparlos es importante para prevenir accidentes de consecuencias irreversibles. Y aunque cada uno de nosotros tenga un manejo diferente de estas situaciones hay ciertos aspectos que podemos tener en cuenta:

  • Primero, es aconsejable planificar nuestros desplazamientos dándonos más tiempo del necesario para hacer el recorrido. Así evitaremos ansiedad si encontramos obstáculos en el camino que nos hacen llegar más tarde de lo calculado.
  • Es importante dormir y descansar las horas necesarias para estar más relajado.
  • Escuchar música tranquila nos puede calmar mientras conducimos.
  • En caso necesario, debemos realizar ejercicios respiratorios de relajación por medio de inspiración profunda con exhalación lenta.
  • Es importante no atender el teléfono móvil mientras estamos al volante, ya que es una fuente de distracción y de tensión.
  • Intentemos definir varias rutas alternativas para el trayecto. Esto nos concederá mayor control sobre la situación.

Por último, y por encima de todo, resulta imprescindible un cambio en nuestra forma de ver las situaciones. Mientras conducimos, muchos escenarios no dependen de nosotros y es inútil estresarse, ya que al preocuparnos excesivamente lo único que hacemos es cansarnos física y mentalmente, malgastando recursos para hacer frente al problema. En lo que respecta a conducir, conviene pensar de manera tranquila, ya que, si nos dejamos llevar por el estrés, quizá nos enfrentemos a un problema mayor.