“¡Mujer tenías que ser!”, ¿seguro? Desmontamos el mito.

“¡Mujer tenías que ser!”, ¿seguro? Desmontamos el mito.

Si hay un tópico extendido respecto a la conducción es el de que los hombres se manejan mejor al volante que las mujeres. Una afirmación que muy a menudo oímos de boca de las propias féminas o incluso de los niños y niñas, que no tienen inconveniente en apuntarse a aquello de que “papá conduce mejor que mamá”. Sin embargo, la realidad, tozuda, se manifiesta a través de estudios como el del Real Automóvil Club Catalunya (RACC), que señala claramente que las mujeres sufren y provocan menos accidentes que los hombres.

Las estadísticas y los partes de las compañías demuestran que existe un estilo de conducción diferenciado por sexos – se trata, obviamente, de una generalización- y que son las mujeres las que tienen una mayor percepción del riesgo y las que más acatan las normas de circulación, por lo que se ven implicadas en menos siniestros. Según los datos del RACC, ellas tan sólo presentarían un comportamiento peor que ellos en los alcances y en las incorporaciones o circulación en plazas.

Otro informe, en este caso de Audi, señala que las mujeres tienen más inteligencia emocional al volante – es decir, que controlan mejor sus emociones cuando conducen – y que circulan más atentas y despacio. Paradójicamente, a menudo se ridiculiza la manera de conducir de las mujeres y esto podría llevar a una masculinización de su estilo, algo que no sería nada positivo para la seguridad en nuestras carreteras.

¿Ellas no saben conducir?

Las mujeres han ido avanzando en las últimas décadas en numerosos terrenos reservados a los hombres, y el mundo del motor no podía quedar al margen. “Los coches son muy sucios”, “se necesita fuerza para conducir” o simplemente “el automovilismo es poco femenino” han sido algunos de los contundentes argumentos utilizados para mantener a las mujeres apartadas del volante, especialmente cuando hablamos de competición. Sin embargo, han sido varias las féminas que han conseguido hacerse un hueco en este ámbito, aún muy predominantemente masculino.

De los más de 800 pilotos que han competido en Fórmula 1, sólo cinco han sido mujeres. La primera fue la italiana Maria Teresa de Filippis, ya en la década de los 50, y tan sólo una, la también italiana Lella Lombardi, en los 70, consiguió finalizar una carrera en zona de puntos. Ha sido este año cuando dos mujeres se han convertido en pilotos de prueba de Fórmula 1, la británica Susie Wolff y la española María de Villota, que lamentablemente sufrió un grave accidente que la ha apartado de la competición pero no de su lucha por la introducción de la mujer en el mundo del motor.