Hace unos días nos sorprendía en los medios de comunicación la noticia de la explosión en Barcelona de un taxi híbrido transformado a GLP. Y digo nos sorprendía porque hasta ahora no se ha tenido constancia de ningún incidente que haya derivado en una explosión de un vehículo que utilizara este sistema, ni de ningún híbrido en general que no hubiera sido sometido previamente a una manipulación. Ante esto, cabe aclarar ciertos aspectos para evitar que la confianza en una tecnología segura, tanto la híbrida como la de GLP o ambas combinadas, se vean perjudicadas por un caso concreto de mala praxis.
Pongámonos en antecedentes. Al taxista que sufrió la explosión se le había instalado poco antes a su vehículo un kit de GLP en un pequeño taller de reparación y mantenimiento de vehículos. Para aquellos que no lo sepan, este kit permite al coche funcionar tanto con gasolina como con Gas Licuado de Petróleo, un tipo de combustible, mezcla de propano y butano, que está exento de impuestos al ser considerado por la Unión Europea como un combustible alternativo, que reduce las emisiones contaminantes y de CO2. Aunque en España la presencia del GLP para automoción es aún minoritaria, en Europa circulan más de 9 millones de vehículos que funcionan con GLP. Dado el ahorro que supone la utilización del GLP (hasta un 40% de ahorro frente a la gasolina), algunos taxistas están realizando la adaptación a sus vehículos, la cual amortizan en menos de un año por la gran cantidad de kilómetros que recorren.
Al contrario de lo que había sucedido en el caso del vehículo que hizo explosión, se recomienda que estas adaptaciones se lleven a cabo en concesionarios oficiales, donde trabajan con equipos de primeras marcas. Si las realizamos en otros talleres corremos el riesgo de tener un problema con el fabricante en caso de que la instalación se haya hecho de forma incorrecta e incluso de perder la garantía sobre el vehículo cuando se trate de coches nuevos o seminuevos. Además, nos encontramos que en el caso del taxista de Barcelona se había incurrido en una clara imprudencia, tanto por parte del conductor como por parte del taller reparador. El coche no debería haber salido del taller sin haber finalizado la reparación que estaba pendiente, es decir, sin la sustitución de la válvula que había sido anulada.
Para terminar, hacer hincapié de nuevo en que si lo que buscamos es la máxima garantía de seguridad, es importante apostar siempre por equipos de primeras marcas y recurrir a los talleres o concesionarios oficiales. Huyamos de los precios de ganga o lo podemos acabar pagando muy caro.
Nuestro equipo de expertos en movilidad eléctrica e híbrida está a tu disposición para resolver cualquier duda que puedas tener acerca de estos vehículos. Estaremos encantados de atenderte en cualquiera de nuestros talleres oficiales
