En moto por la ciudad, con la máxima seguridad

Circular en moto por ciudad puede ser una gran experiencia, pero siempre debemos tener presente que los riesgos para nuestra seguridad son mayores que los de los conductores de automóvil. Teniendo en cuenta que la carrocería es nuestro cuerpo y que sobre dos ruedas la estabilidad es menor que sobre cuatro y la distancia de frenado mayor, hay que extremar las precauciones para evitar las colisiones y acostumbrarnos a una conducción intuitiva.

Movernos por ciudad es muy diferente a hacerlo en carretera abierta y tenemos que estar muy atentos a todo lo que nos rodea y evitar las sorpresas. Juega a nuestro favor el hecho de que los conductores de moto estemos más elevados que el resto y, por lo tanto, tengamos mayor campo de visión, así que aprovechémoslo. Intentemos prever las maniobras de otros vehículos, como los giros o cambios de carril, y evitar situarnos en un ángulo muerto para sus retrovisores.

En la moto, es esencial la gestión de nuestro propio espacio de seguridad, frenando, acelerando o cambiando de posición teniendo en cuenta a los que nos rodean. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la distancia que debemos mantener respecto a los otros vehículos es mayor que la tendríamos que mantener si condujéramos un coche. Asimismo, debemos mirar muy por delante nuestro y, cuando el tráfico sea intenso, llevar los dedos en el freno. Es importante evitar las maniobras bruscas, circular por la parte derecha del carril y mantener una postura natural y relajada.

Adelantamientos con distancia

Cuando queramos adelantar, debemos situarnos a la mayor distancia posible respecto al vehículo a rebasar y hacerlo a una velocidad que no sea ni excesivamente rápida – no dispondríamos de tiempo para reaccionar ante una maniobra inesperada del otro – ni excesivamente lenta – duraría demasiado, incrementándose el riesgo de choque. Por otra parte, si nuestra velocidad es inferior a la del resto, nos situaremos en el carril de la derecha, permitiendo que nos adelanten por la izquierda, pero no facilitaremos aquellos adelantamientos que puedan ponernos el peligro.

En la circulación entre coches en movimiento, aparte de mantener siempre la distancia de seguridad adecuada, lo mejor es que nos coloquemos a la derecha del carril, lo que no sólo facilitará que seamos vistos por el resto de conductores sino que además nos permitirá esquivar más fácilmente al vehículo de delante en caso de una frenada brusca. Cuando, en cambio, circulemos entre coches parados lo más importante es hacerlo a poca velocidad y estar atentos a sus ocupantes, por si abren una puerta o sacan un brazo por la ventanilla.

Por último, es recomendable facilitar siempre las maniobras a los otros conductores, pues así evitaremos muchas situaciones peligrosas para nosotros. Debemos procurar anticiparnos a estas circunstancias y tener presente que a menudo los conductores de vehículos no son conscientes de que están invadiendo nuestro carril. Independientemente de que sea el otro el responsable de provocar las situaciones de riesgo, es imprescindible que tomemos la iniciativa para solventarlas, puesto que, recordemos, nosotros somos la parte más vulnerable sobre el asfalto.

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