El mes pasado, publicamos un post contándoos los beneficios que tiene para todos la conducción eficiente. Ahora queremos compartir con vosotros las 10 recomendaciones que nos propone el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) para ponerla en práctica.
Para empezar, al arrancar el motor no debemos pisar el acelerador sino iniciar la marcha inmediatamente, excepto en el caso de los motores turboalimentados, con los que debemos esperar un poco antes de iniciarla. La primera marcha sólo debemos usarla los dos primeros segundos o seis metros de recorrido, pasando rápidamente a la segunda.
Respecto al cambio de marchas, debemos realizarlo entre las 2.000 y 2.500 rpm, en los motores de gasolina, y entre las 1.500 y 2.000 rpm, en los motores diesel. Atendiendo a la velocidad, deberíamos pasar a la tercera marcha a partir de los 30 Km/h, a la cuarta a partir de los 40 Km/h, a la quinta a partir de los 50 Km/h y a la sexta a partir de los 60 Km/h. En resumen, se trata de circular siempre que se pueda en las marchas más largas y a bajas revoluciones, incluso en ciudad, pero siempre respetando los límites de velocidad.
Es importante intentar mantener una velocidad de circulación estable, buscando la fluidez y evitando los frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios. Para reducir la velocidad, lo conveniente es, primero, levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha seleccionada en ese instante. Después, debemos frenar de forma suave con el pedal de freno y, por último, reducir de marcha lo más tarde posible, con especial atención en las bajadas. A la hora de detener el coche, siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, debemos evitar reducir previamente la marcha. Por otra parte, es recomendable que cuando paremos el coche durante más de un minuto detengamos el motor.
Seguridad y eficiencia, de la mano
La anticipación y la previsión son esenciales para la seguridad en la carretera, pero también lo son para una conducción eficiente. Así pues, conviene que mantengamos una distancia adecuada, con un campo de visión amplio que nos permita ver 2 o 3 vehículos por delante. En el momento en que detectemos un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en nuestra vía, debemos levantar el pie del acelerador para anticipar las siguientes maniobras. En realidad, en la mayoría de situaciones, aplicar los consejos de seguridad al volante resulta útil para mejorar nuestra eficiencia, como habréis comprobado. Sin embargo, si nos encontráramos en un caso en que se diera un conflicto entre seguridad y eficiencia, siempre debemos priorizar la primera.
Por último, tened en cuenta que la movilidad en coche supone un 15 por ciento del total de la energía consumida y un 30 por ciento de las emisiones totales de CO2 en nuestro país. Por lo tanto, introducir pequeñas mejoras en nuestra conducción puede suponer una notable mejoría para el medio ambiente y nuestra calidad de vida.