El motor es la parte de la máquina que se encarga de transformar cualquier tipo de energía (de combustibles fósiles, eléctrica, etc.) en energía mecánica capaz de realizar una actividad. En los automóviles esta transformación es una fuerza que produce movimiento.
Existen dos tipos de motores principales: de explosión (gasolina) y de combustión (diesel). El de gasolina comprime una mezcla de aire y gasolina que explosiona gracias a las chispas producidas por las bujías y utiliza esa energía para mover los pistones.
En cambio, el motor diesel comprime una mezcla de aire y gasóleo hasta el punto en el que prende y esa energía es aprovechada para mover uno o más pistones. Un motor está compuesto por un pistón que lleva un pasador que lo conecta a una biela que a su vez está conectada al cigüeñal. Todo esto se encuentra en una cámara cerrada llamada cilindro. En ésta se inyecta una mezcla de aire y gasolina que es comprimida cuando el pistón corre hacia arriba y es encendida por una chispa producida por la bujía. Esto causa una explosión que empuja al pistón hacia abajo con una gran fuerza, lo que hace girar al cigüeñal. Finalmente, el contrapeso del cigüeñal hace subir el pistón y todo el proceso se va repitiendo.
Cuantos más cilindros tenga un motor, más potencia tendrá.