Cargamos nuestro coche de sentido común

Cargamos nuestro coche de sentido común

Quizá no haga falta sacarse un máster para saber cómo llenar el maletero, pero lo cierto es que cargar de bártulos nuestro coche no es una labor tan fácil como pudiera parecer a simple vista. Sacarle el máximo partido al espacio disponible pero, sobre todo, garantizar al máximo nuestra seguridad y la de los demás son los objetivos que nos hemos marcado para este práctico post.

Lo primero que debemos tener siempre en mente es que cuanto menos, mejor. Tenemos que evitar cargar con cosas que probablemente no vayamos a usar, porque el aumento de peso supone un incremento del consumo de carburante y una disminución de la capacidad de reacción del vehículo. Por supuesto, y aunque resulte obvio, cabe recordar que el peso del vehículo más el de los ocupantes y el del equipaje nunca puede superar el peso máximo autorizado que figura en la tarjeta de características técnicas del coche.

Colocación de bultos

Dicho esto, resulta igualmente importante la distribución que hagamos de la carga. Hay que procurar disponer todo en el maletero, evitando dejar cualquier objeto – especialmente con aristas y superficies cortantes – en el habitáculo del coche, ya que podría resultar peligroso en caso de frenazos o colisiones. Aquellos muy pequeños, que podrían perderse por el maletero, podemos guardarlos en la guantera, nunca en la bandeja trasera.

Es importante llevar a cabo operaciones de orden y limpieza del maletero periódicamente, dejando sólo aquello esencial. Aceptamos cables de arranque o mapas, pero éste no es el lugar idóneo para ropa vieja, regalos o barbacoas… A la hora de llenar el maletero para hacer un viaje, tenemos que colocar los bultos más pesados debajo (aunque no sean los más voluminosos) y los ligeros encima, ya que así mantendremos el centro de gravedad lo más bajo posible. También debemos procurar que el peso esté compensado para desestabilizar el coche lo menos posible. Si la carga no llena por completo el maletero y hay posibilidad de que se mueva, es conveniente sujetarla con “pulpos” elásticos o redes.

Más allá del maletero

Existen diferentes opciones para transportar nuestros enseres cuando el maletero no es suficiente, como las bacas, acopladas al techo del vehículo, o los cofres portaequipajes. Por ser menos seguras, deberíamos evitar las primeras. En caso de que sean imprescindibles, debemos impedir que el equipaje sobrepase el perímetro del coche y asegurarnos de que todo vaya bien sujeto. Las bacas cerradas, que son como maleteros herméticos son las mejores en este sentido.

Los cofres portaequipajes tienen un precio más elevado pero ofrecen mayor seguridad. Debemos escoger el modelo más adecuado a la carga que transportemos habitualmente y tener en cuenta que los más prácticos son los que se abren por ambos lados. Hay que fijar bien la carga con “pulpos” o cintas y tener presente que los bultos más pesados deben reservarse para el maletero.

Cuando escojamos las bolsa, debemos evitar las maletas grandes y rígidas, ya que son más pesadas y crean espacios muertos que impiden aprovechar su capacidad. Por último, recordar que lo mejor es ser prudente a la hora de cargar el vehículo, siendo conscientes de cómo afectará el peso y el acople de objetos a nuestra conducción, consumo y seguridad.