Ya estamos en otoño, la estación de las lluvias y el frío. Tenemos por delante unos meses en los que los chubascos y las tormentas nos acompañarán más de un día mientras vamos en automóvil. En circunstancias normales, y con un limpiaparabrisas en buen estado, no debería haber ningún problema. Cuando la lluvia es importante y el firme por el que circulamos no se encuentra en buen estado puede aparecer uno de nuestros enemigos en la sombra más importante: el aquaplaning. La pérdida de tracción cuando la climatología no acompaña es un riesgo que no todos los conductores tenemos en cuenta a la hora de enfrentarnos a la conducción sobre mojado. Recuerda que la velocidad y el agua no se llevan bien.
Lo primero para evitar el aquaplaning es saber qué es. Esta temida situación se produce cuando al circular en un día de lluvia abundante los neumáticos son incapaces de evacuar el agua suficiente y, durante unos segundos, el coche pierde el agarre con la calzada y circula sin control, como si estuviera deslizante por una pista de hielo. Un aquaplaning puede quedar sólo en un susto, pero también acabar con un accidente con consecuencias graves si no supiera cómo prevenirlo y cómo hacer frente a una situación de emergencia como ésta. Siempre existen, sin embargo, algunas precauciones que puedes tomar para intentar evitar este riego.
En este sentido, la mejor precaución para evitar perder el control del coche por aquaplaning es no correr demasiado en los días de lluvia intensa y asegurarte de que tanto los amortiguadores como los neumáticos de tu coche se encuentran en perfecto estado, especialmente la profundidad de la banda de rodadura, que es tu mayor garantía de seguridad en situaciones comprometidas como la circulación con condiciones climatológicas excesivamente adversas. Por otra parte, también es conveniente evitar atravesar un gran charco de agua con sólo dos ruedas. Mejor hacerlo con las cuatro. De esta forma evitarás que el coche trompee.
El mejor consejo, sin embargo, es la anticipación. Si en un día de lluvia intensa ves, por ejemplo, que estás a punto de llegar a un gran charco de agua estancada en la calzada, intenta reducir todo lo que puedas la velocidad sin perder el control y la estabilidad del coche y los limpias a la máxima velocidad del sistema. De esta forma controlarás mejor tu entorno y, al bajar la velocidad, darás una tregua a tus neumáticos, que serán capaces de evacuar más agua, se agarrarán mejor al firme y no perderán tanto 'gripe'.
¿Quieres saber cómo reaccionar ante un posible aquaplaning? Aquí te lo explicamos cómo intentar que todo acabe en un susto en vez de un accidente:
Cuando notes alguna inestabilidad en el coche o que las ruedas empezar a ir a la suya, sujeta firmemente el volante. De nada te servirá dar un volantazo puesto que si el coche se desliza es que no está en contacto directo con la calzada.
No te dejes llevar por tus actos reflejos. Mantén el pie en el acelerador. De este modo, cuando el coche recupere adherencialas ruedas podrán seguir girando a la misma velocidad a la que ya circulabas.
Por nada del mundo pises el freno. Si lo haces, al salir del charco o volver a tener adherencia con la calzada, tu coche deparrará sí o sí.
Si el coche te hace aquaplaning en una curva, mantén la calma, el volante firme y acelera ligeramente. Los movimientos bruscos son sinomimos de trompos o latizagos. Créenos, es mejor que tengas una colisión controlada con el guardarráil que llevarte por delante otro vehículo.
En cualquier caso, recuerda que con un coche en perfecto estado de revista, las posibilidades de sufrir un aquaplaning en días de climatología adversa se reduce considerablemente. Y aquí sí que podemos ayudarte.
MOVENTO TE RECUERDA…
El aquaplaning es una pérdida de adherencia del coche cuando los neumáticos son incapaces de evacuar el agua suficiente de su banda de rodadura.
El mejor consejo para no sufrir aquaplaning es anticiparse a las condiciones de la carretera, circular con velocidad moderada y tener neumáticos en buen estado.