No cabe duda que el motociclismo vive en nuestro país una época dorada desde hace algunos años. Marc Márquez, Dani Pedrosa, Pol Espargaró, Jorge Lorenzo y, el último en sumarse, Maverick Viñales han logrado los primeros puestos en todas las categorías y prometen un futuro lleno de alegrías para los aficionados. Han sido otros nombres, sin embargo, los que han escrito los primeros tomos de la historia del motociclismo español. Recordamos brevemente algunos pilotos que se convirtieron en iconos de este deporte en las últimas tres décadas del siglo XX.
Ángel Nieto
Fue el primer español en hacer historia sobre las dos ruedas. El zamorano consiguió en 1969, sin apenas experiencia, sus dos primeros Grandes Premios, en la categoría de 50 cc. Con ellos inauguraba una trayectoria brillante de 20 años a lo largo de los cuales se haría con 90 grandes premios, entre los que destacan seis Campeonatos del Mundo en 50 cc, siete en 125 cc y cuatro subcampeonatos, además de 23 Campeonatos de España en diferentes cilindradas. Pese a que su intento de pilotar cilindradas mayores no le reportó el mismo éxito, Nieto se convirtió en todo un icono del deporte español y le fueron otorgados galardones como la Gran Cruz al Mérito Civil, la Orden Olímpica y la Gran Cruz de la Real Orden al Mérito Deportivo. En Madrid, se puede visitar actualmente el Museo Ángel Nieto, donde se hallan expuestas algunas de sus motos, cascos y trofeos.
Ricardo Tormo
El palmarés de este valenciano no se acerca ni de lejos al de Nieto, pero eso no significa que no merezca su puesto entre los más grandes. Dos títulos del mundo (en el 78 y en el 81) y siete Campeonatos de España no reflejan por sí solos la habilidad de Tormo sobre la moto; quienes tuvieron la oportunidad de verle correr en sus inicios no dudaron de que pasaría a la historia. Para muchos su grandeza residía en la pasión con la que vivía el motociclismo. Su manera de pilotar era inherente a su manera de vivir, aseguran. Un grave accidente truncó su carrera, apartándole de la competición justo después de fichar por Derbi.
Jorge Martínez “Aspar”
A finales de los 80 llegó el momento álgido de este piloto también valenciano, que consiguió tres Campeonatos del Mundo de 80 cc seguidos (1986 – 1988), uno de 150 cc (1988) y doce títulos de Campeón de España. Entre sus éxitos más singulares, destacan las 15 victorias conseguidas en el años del doblete, el 88, y los dos triunfos en un mismo día tanto en Imola como en Assen, Rijeka y Brno. A partir de 1989, después de una larga racha de lesiones, Aspar no volvería a ser el mismo. Su retirada como piloto en el 97 no conllevó el abandono del mundo de la competición, sino que creó el Mapfre Aspar Racing Tour, que ha dirigido cosechando éxitos hasta día de hoy. Como curiosidad, su sobrenombre procede de ‘espardanyer’, que era el oficio de su abuelo.
Sito Pons
Probablemente cuando al catalán Alfons Pons le regalaron su primera moto a los trece años nadie podía imaginar que un día acumularía quince Grandes Premios. Su primera victoria fue en 1984 en el Gran Premio de España y al año siguiente debutó con Suzuki en el Mundial de 500 cc. Tras unos resultados discretos, volvió a los 250 cc, categoría en la que consiguió los puestos de subcampeón del Mundo en 1986, tercero en 1987 y campeón del Mundo en 1988 y 1989. Después de su retirada en 1991, siguió como director de equipo y actualmente dirige su propia escudería Pons Racing.
Àlex Crivillé
Si bien España había conseguido destacados premios en cilindradas pequeñas, no fue hasta la llegada de Crivillé que se produjo el gran salto cualitativo a la categoría reina. El catalán, procedente de una familia con mucha tradición motera, había comenzado a competir con tan sólo 15 años. Tras ganar el Criterium Solo Moto con 16 años, en 1987 debutó en el mundial sobre una Derbi de 80 cc. En 1988 quedó segundo de la categoría y en 1989 ganó el mundial de 125. En 1990 pasó a la categoría de 250 cc, y después de dos años fichó por el equipo de Sito Pons en 500. Fue en 1999, corriendo con el equipo Repsol Honda, cuando Crivillé se proclamó Campeón del Mundo de la categoría de 500 cc. Fue la primera vez que un español conseguía este puesto en la máxima cilindrada, algo que no volvería a producirse hasta 2010. El catalán empezó a padecer problemas físicos al año siguiente de su gran éxito y en 2001 se vio obligado a retirarse.