Llega el calor y con él, para muchos, las ansiadas vacaciones. Un momento y un lugar para nosotros, para desconectar y para disfrutar de la familia… En contra de los pronósticos más agoreros de algunos, cada vez son más los padres que no se resignan a prescindir del placer de viajar por el hecho de tener niños. Las propuestas adaptadas a las familias se multiplican y ya existen agencias y webs especializadas en organizar las vacaciones con pequeños, así como bloggers que han hecho de su experiencia una guía para padres desorientados. Véanse, por ejemplo, http://www.mamasviajeras.com/ o http://unmundopara3.com/
Sin embargo, los desplazamientos largos en coche aún son para muchos niños y niñas – y también para sus padres – un mal trago que se eterniza. Los ‘¿falta mucho para llegar?’ y los ‘¿cuánto queda?’ o ‘me aburro’ se encadenan en una sinfonía repetitiva que llega a desquiciar a los progenitores más pacientes, pudiendo afectar a la seguridad de todos por alguna distracción del conductor. Para evitarlo, la solución no es tan complicada; basta con tomar ciertas precauciones y entretener a los niños. Aquí van algunos consejos.
Antes de la partida
Decide cuando vas a salir, planifica el itinerario y cuéntaselo al niño para que no se impaciente tanto una vez dentro del coche. Sabiendo las características del viaje, seguro que va un poco más mentalizado. Elige ropa adecuada para viajar – que sea cómoda y que incluya prendas fáciles de quitar y poner – y reserva suficiente espacio en la parte trasera del automóvil para que pueda moverse. Algo muy útil es llevarle algunos juguetes o cosas para que se entretenga durante el trayecto. Se pueden meter todas en una bolsa e ir sacándolas a medida que avanzamos, para jugar con el factor sorpresa.
Es normal que en un viaje largo los niños tengan hambre y sed. Así que es aconsejable llevar unos tentempiés que habremos preparado antes a mano. Para comer, es recomendable llevar fruta, alguna galleta salada y frutos secos y, en cambio, evitar las chucherías o alimentos con mucho azúcar, ya que les proporcionan mucha energía que puede traducirse en intranquilidad. Como bebida, lo mejor es el agua o los zumos, evitando de nuevo el exceso de dulce y también el gas.
En marcha
Aunque parezca obvio, no nos cansaremos de repetirlo: en viajes largos, hay que hacer pausas cada dos horas. Llevando niños, aún más. Y, si es posible, conviene que paremos en lugares donde ellos puedan correr o jugar un poco. Dentro del coche, para que estén lo más cómodos posible, podemos usar parasoles en las ventillas laterales y cojines en los asientos.
Además de todo esto, es importante que estén entretenidos para que se les haga más corto el viaje y no se pongan nerviosos. Una buena opción es escuchar música y cantar, que por algo es lo que se ha hecho toda la vida. Podemos, por ejemplo, escoger una palabra al azar y que el resto tenga que cantar una canción que la contenga. Conviene llevar siempre algo de música relajada para cuando estén inquietos y alguno de sus discos favoritos.
Otra idea que siempre funciona son los juegos, y los hay para todos los gustos. Los juegos de memoria son ideales para niños mayores de 3 años. Basta con llevar unas láminas o fotografías, mostrárselas unos segundos y después preguntarles qué elementos recuerdan. Otro juego muy entretenido es el de inventar cuentos. En él, cada miembro de la familia tiene que aportar un fragmento a una historia construida conjuntamente. Entre los clásicos que nunca fallan, destacan las adivinanzas y los juegos con las matrículas (hacer frases con palabras que empiecen con sus letras o sencillamente memorizarlas).
Al fin y al cabo, se trata de que todos pongamos un poco de nuestra parte para que el viaje no se convierta en una pesadilla sobre ruedas sino en una buena oportunidad para disfrutar en familia de esos momentos de relax que tanto nos cuenta encontrar. ¡Buen viaje!