Seis cosas que echamos de menos de los coches de antes

Los coches del siglo XXI poco tienen que ver con los vehículos con los que conducían nuestros padres y con los que muchos de nosotros aprendimos a conducir. Los avances mecánicos y las nuevas tecnologías han hecho que los coches hayan evolucionado de forma exponencial durante las últimas décadas, tanto para cumplir las normativas cada vez más estrictas como para hacer realidad unas mejoras técnicas que hace unos años ni se planteaban. Aunque los coches actuales son más seguros y tienen más y mejores prestaciones, ¿quién no ha echado de menos alguna vez la simplicidad y el encanto de aquellos viejos trastos?

Cambios manuales. En unos años, la mayoría de los coches tendrán cambios de marcha automáticos, según auguran los especialistas. Aunque todavía circulan muchos con sistemas manuales, la tendencia de futuro es automatizarlos y añadir cada vez mayores velocidades para conseguir unas motorizaciones más eficientes y sostenibles. Los cambios de cuatro marchas son ya historia, de la misma forma que dentro de unos años lo serán los cambios de cinco. Lo habitual será que los coches tengan seis o siete marchas y que ya no sufran más los típicos rasguños y problemas de sincronización que muchos vehículos tenían en los años 70 y 80.

Claves de verdad. Muchos de los modelos de coches actuales vienen equipados con sofisticados sistemas de acceso y arranque. Algunos coches se abren con una especie de tarjeta mecánica y otros lo hacen con unos widgets que abren y cierran el coche a distancia. Algunos gurús pronostican que, en los próximos años, sólo serán necesarias nuestras huellas dactilares o el reconocimiento del iris para activar el coche. Nada que ver, en definitiva, con las llaves de toda la vida que debían lubricarse de vez en cuando para evitar problemas con las cerraduras.

Ligereza. Aunque los fabricantes dedican muchos esfuerzos a la búsqueda de la máxima ligereza en sus modelos, los coches actuales son cada vez más pesados debido, en buena parte, a la tecnología y al equipamiento que incorporan. Ahora no hay vehículo, por sencillo que sea, que no venga equipado con un sistema de aire acondicionado. Hace unas décadas, la simplicidad de los coches permitía que coches con poca potencia ofrecieran unas notables prestaciones y conducirlos era una experiencia sencilla y divertida.

Reparaciones caseras. Hasta no hace mucho, todos estábamos obligados a llevar una caja de bombillas de repuesto en el coche para sustituir a las que se fundían. La misma caja también incluía a los fusibles por si el coche sufría alguna sobrecarga eléctrica. La realidad actual es diametralmente opuesta. Los nuevos sistemas de iluminación, por ejemplo, se han sofisticado de tal forma que para cambiar una simple bombilla casi es necesario desmontar todo el frontal y tener conocimientos casi de ingeniería. Ante esta complicación, en caso de avería o problema eléctrico, la única solución es acudir al taller, sí o sí.

Ruedas de repuesto. Una de las averías recurrentes, y frente a la cual no hay ninguna prevención que valga, son los pinchazos. Hasta hace unos años, no había coche que no viniera equipado con una rueda de repuesto de los mismos tamaños y características que las cuatro originales y el inevitable gato hidráulico. Actualmente, la mayoría de los equipos vienen equipados con una rueda de emergencia de dimensiones y prestaciones reducidas o, incluso, con sistemas capaces de reparar pinchazos de pequeñas dimensiones. En caso de que los daños de los neumáticos sean mayores no hay otra solución que llamar a la grúa y viajar hasta el taller más cercano para cambiar la rueda.

Simplicidad mecánica. Uno de los elementos de los coches que más ha evolucionado en los últimos años ha sido los motores. Su complejidad es enorme y el uso masivo de la electrónica en su funcionamiento les ha hecho mejorar mucho, a la vez que ha complicado su funcionamiento y mantenimiento. Aparte de la aparición de averías electrónicas, inexistentes hace unos años, los motores actuales han complicado el trabajo a los mecánicos de toda la vida, que cada vez deben tener más formación y unas herramientas más específicas y especializadas para poder trabajar .

MOVENTO TE RECUERDA…

  • Los coches del siglo XXI poco tienen que ver con los vehículos con los que conducían nuestros padres y con los que muchos de nosotros aprendimos a conducir.
  • Los avances mecánicos y las nuevas tecnologías han hecho que los coches actuales sean más seguros y potentes, pero también que hayan perdido la simplicidad y el encanto de los viejos automóviles.