Disponer de una licencia para conducir y haber recorrido quilómetros de carretera no garantizan que nuestra conducción sea suficientemente segura. Si bien es cierto que la experiencia al volante nos puede ayudar a manejar situaciones de riesgo mejor que un novato, también lo es que los conductores experimentados llevamos una mochila más cargada de malas prácticas acumuladas a lo largo de los años. Algunas veces creemos equivocadamente que lo que hacemos mejora nuestra seguridad, muchas otras ni siquiera somos conscientes de los vicios que hemos adquirido y por eso nos cuesta tanto cuestionarlos.
Queremos compartir con vosotros algunas recomendaciones que os ayudarán a evitar los errores más habituales y disfrutar así de una conducción más segura para vuestras vacaciones:
- No despegues ninguna de las dos manos del volante salvo cuando sea estrictamente necesario, ya que pierdes capacidad de reacción. Es decir, olvídate de dejar la mano derecha sobre la palanca de cambios o de reposar el codo sobre la ventanilla. Por supuesto, evita comer, hablar por el móvil o fumar estando al volante.
- No vayas pegado al coche de delante. No sólo porque te arriesgas a una colisión en caso de frenazo brusco del otro vehículo, sino también porque puedes poner de los nervios al otro conductor, lo que a su vez aumenta las posibilidades de cometer una infracción.
- No caigas en el efecto morboso. Cuando pases al lado del lugar donde se haya producido un accidente, un incendio o cualquier cosa que llame la atención, no aminores la velocidad para cotillear. Perderías de vista la calzada y, además, contribuirías a crear retenciones.
- Evita el agua. Intenta evitar las zonas con charcos de agua o reduce la velocidad al atravesarlas, ya que podrías sufrir el efecto aquaplaning, aparte de salpicar a los demás.
- No te acomodes en exceso. Debes ajustar asiento y espejos antes de conducir, pero no te pases con la comodidad. Un asiento demasiado reclinado puede poner en peligro tu percepción del entorno y provocar somnolencia.
- No cargues demasiado el automóvil. Llevar demasiado peso no sólo aumenta el consumo de carburante, también provoca una respuesta más errática en caso de maniobras bruscas.
- Colócate en la posición que maximiza tu capacidad de maniobra. Es decir, la espalda completamente apoyada sobre el respaldo, los brazos paralelos y sin cansarlos y las manos en posición de tres menos diez. La distancia adecuada respecto al volante se consigue cuando, estirando los brazos al máximo, podemos apoyar las muñecas sobre el volante.
Éstos son sólo unos consejos básicos, pero podéis encontrar cursos de conducción segura en clubes del automóvil o en circuitos, a menudo impartidos por conductores profesionales. En ellos, además de poner en práctica recomendaciones como éstas podrás participar en simulaciones para aprender a reaccionar en situaciones de peligro.
Y no lo olvides: ¡el paso más importante hacia una conducción segura es admitir que podemos estar cayendo en errores inconscientes!