La adquisición de un vehículo es, tras la vivienda, la compra más importante que realizan los españoles a lo largo de su vida, ya que representa una parte muy importante del presupuesto familiar. Sin embargo, a diferencia de la compra de la vivienda, la compra del coche no es ninguna inversión, por lo que hay que barajar diferentes opciones financieras para decidir cuál es la que más nos conviene para estrenar coche nuevo. A la compra al contado y a la clásica financiación a crédito, en los últimos años se han sumado dos figuras financieras más, el renting y el leasing, que han dejado de ser exclusivas del mundo de la empresa y poco a poco van ganando adeptos entre los particulares, y que permiten cambiar de coche por una cuota fija mensual.
Hasta hace unos años la forma habitual de comprar un coche nuevo era pagándolo al contado o financiándolo, ya fuera a través de una entidad bancaria o de la propia financiera de la misma marca, con intereses que oscilan entre el 7% y el 10%, dependiendo de las condiciones de financiación. Si hacemos un uso esporádico del coche y este uso no tiene relación con nuestra actividad profesional, la compra continua siendo la mejor forma de cambiar de coche. Sin embargo, estrenar coche no tiene que pasar exclusivamente por comprarlo, ya sea al contado o a plazos.
Una primera alternativa es el leasing, un producto financiero que consiste en un contrato de alquiler con derecho a compra firmado con alguna entidad financiera. En el leasing, la entidad financiera compra el coche para cedérnoslo en régimen de alquiler a cambio de una cantidad de dinero y durante un tiempo determinado, de tres a cinco años. El coche nunca es nuestro, a menos que, al finalizar el periodo contractual decidamos ejercer la opción de compra pagando una última cuota en la que deberemos abonar el valor residual del vehículo.
Las principales ventajas del leasing son la oportunidad de renovar periódicamente el vehículo; que podemos financiar el 100% del coste del vehículo; y que, fiscalmente, las cuotas de amortización se consideran gasto tributario, lo que nos permitirá importantes ahorros fiscales si somos autónomos o si somos una empresa, mantener libre nuestra capacidad de endeudamiento al no considerarse como un préstamo. Además, el leasing es una buena alternativa de compra si lo que buscamos en realidad es un vehículo en propiedad, es decir, mantenerlo durante algunos más una vez finalice el contrato de leasing.
El renting, por su parte, es una transacción entre la compañía que alquila y el cliente, sin intervención bancaria. A diferencia del leasing, el renting ofrece mayores ventajas fiscales para empresas y autónomos y en la cuota mensual, además del alquiler del vehículo, se incluyen los seguros e impuestos, el kilometraje pactado, el mantenimiento del coche, el cambio de ruedas, la asistencia en carretera o la reclamación de multas, por ejemplo, dependiendo de los servicios que se contraten. El cliente solo tendrá que pagar los peajes, el combustible, las multas, si las tuviera, o los desperfectos que cause en el coche por mal uso. Al final del contrato de renting, de uno a cinco años de duración aproximadamente, el cliente puede optar por prorrogarlo, cambiar el vehículo o, si lo desea, comprarlo.
La variedad de opciones de renting provoca que no haya dos contratos iguales, ya que en cada caso el contrato se ajusta a las necesidades del cliente, tanto de modelo, como de seguro, de kilometraje y de servicios extras contratados. Algunas compañías de renting ofrecen, incluso, la posibilidad de contratar una tarjeta de combustible con descuentos y la posibilidad de hacer un seguimiento online del consumo del coche. Las únicas cláusulas comunes son las que obligan al cliente, por ejemplo, a realizar las labores de mantenimiento establecidas por la marca, a que el coche sea conducido exclusivamente por los conductores autorizados o a no realquilar el vehículo.
¿Compensa cambiar de coche mediante un leasing o un renting? Todo depende el uso que le demos al coche. Si hacemos un uso intensivo nos saldrá a cuenta ya que nos ahorraremos dinero en cambio de neumáticos y mantenimiento, y podremos cambiar de vehículo cada cuatro y cinco años. Sin embargo, si vamos a utilizar el coche de forma esporádica, la principal ventaja del renting, por ejemplo, será la comodidad de tener todos los gastos teóricos de un coche englobados en una única cuota. Haciendo números el renting también puede salir a cuenta. Un Seat Ibiza 1.6 TDI de 90 CV nuevo y su seguro durante cinco años cuestan, por ejemplo, unos 22.600 euros. El mismo coche, financiado, con seguro, sale por unos 26.000 euros. Un renting de ese mismo coche, a cinco años, nos costaría unos 21.500 euros incluyendo los servicios propios del renting.
Actualmente, prácticamente la totalidad de las marcas de coche ofrecen la posibilidad de disfrutar de unos de sus vehículos a través del renting. Entre ellas, por ejemplo, Renault, Mercedes-Benz, Audi, Seat, Volkswagen… En Movento encontrarás los mejores servicios financieros para disfrutar de tu coche nuevo, como Alternative, una forma de financiación que te permite pagar tu coche sólo por el tiempo que lo utilices, a la vez que te garantizamos un valor de recompra del coche en un tiempo determinado. Ante cualquier duda, ven a vernos a nuestros concesionarios y estaremos encantados de atenderte.
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- La adquisición de un vehículo es, tras la vivienda, la compra más importante que realizan los españoles a lo largo de su vida.
- A la compra al contado y a la clásica financiación a crédito, en los últimos años se ha sumado dos figuras financieras más, el renting y el leasing, que permiten cambiar de coche por una cuota fija mensual.
- El leasing es un producto financiero que consiste en un contrato de alquiler con derecho a compra firmado con alguna entidad financiera.
- El renting es una transacción mercantil que engloba en una cuota mensual el coste del coche y una serie de servicios como los seguros, el mantenimiento o la asistencia en carretera.