“La música amansa a las fieras” y, viendo a ciertos elementos al volante, se podría pensar en la idoneidad de hacer que las melodías empezaran a sonar automáticamente al encender el motor de cualquier vehículo. Sin embargo, a pesar de que muchos consideremos certera la expresión popular, no está claro que cualquier música y bajo cualquier circunstancia sea favorable para la conducción. Se han hecho diversos estudios sobre el tema, pero con muestras de población muy reducidas y cuyos resultados a menudo son contradictorios. Sí que hay, no obstante, algunas conclusiones que se pueden extraer y que, por lo general, son de sentido común.
Lo primero que debemos señalar, aunque sea muy obvio, es que el volumen de la música afecta a la conducción. Así, por muy buen sistema de audio que tengamos, no hace falta compartir nuestras canciones favoritas con el resto de conductores o vecinos, ya que, además de que probablemente no les interese, es peligroso. Un volumen alto puede disminuir nuestra atención al volante e impedir que oigamos las sirenas o los frenazos de otros.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que los diferentes tipos de música tienen efectos también diferentes sobre nuestro organismo y, por lo tanto, sobre nuestra conducción. No vamos a reproducir aquí algunas listas negras de canciones que circulan por ahí porque no acabamos de encontrarle sentido y porque cada uno sabe mejor que nadie como le afectan las distintas melodías. Tampoco vamos a afirmar que el heavy metal provoque accidentes o que la música clásica sea mejor o peor para conducir que otras, ya que es más relevante para nuestras funciones fisiológicas el ritmo de la melodía que el estilo musical. Lo que sí parecen indicar los estudios realizados es que las canciones que no coinciden con la frecuencia cardíaca (entre 60 y 80 bpm) resultan inseguras para escuchar en el coche.
Parece bastante obvio también que debemos adaptar el tipo de música a las circunstancias en las que nos encontremos. Por ejemplo, si estamos en medio de un atasco, puede sentarnos bien algo de música tranquila para calmarnos. En cambio, circulando de noche por una autopista, especialmente si el resto de viajeros han preferido la compañía de Morfeo a nuestra conversación, las melodías un poco más animadas nos ayudarán a sobrellevar mejor el trayecto. En definitiva, se trata de evitar la música que nos altere y también la que nos provoque sueño, ya que tan peligrosa es una cosa como otra cuando estamos al volante.
Aplicaciones para personalizar
Por otra parte, existen varias aplicaciones que tienen como finalidad sincronizar la música de nuestro reproductor con el ritmo de nuestra conducción, aunque de momento ninguna ha logrado convencer mucho a los usuarios. Puede que esto esté a punto de cambiar con la prometedora app que Volkswagen y el emblemático grupo británico Underworld han creado: Play The Road. Ingenieros y productores musicales han reunido una compleja amalgama de sintonías, tonos y melodías que se van mezclando automáticamente al ritmo de nuestros acelerones, frenazos y volantazos, componiéndose así la banda sonora de nuestros trayectos en coche. Por el momento, está sólo está disponible en pruebas y actos promocionales, pero podéis haceros a la idea con el vídeo oficial
Para los que paséis de música electrónica o prefiráis las melodías de vuestros artistas favoritos os podéis crear una lista de música en Spotify con las canciones que mejor os acompañen al volante o bien suscribiros a alguna de las listas ya creadas pensando en el coche. Las hay para todos los gustos y situaciones: para conducir de noche o al atardecer, con los mejores directos o inspiradas en películas… Pero, sobre todo, ¡no os paséis con los decibelios!