Para gustos, hay colores. Y, desde luego, en los últimos años las gamas cromáticas ofrecidas por las marcas de coche se han ampliado mucho para ofrecer a cada conductor la tonalidad soñada. Sin embargo, la elección del color no debería limitarse sólo a la estética, ya que diferentes estudios han demostrado que tiene implicaciones en la visibilidad del automóvil y, por lo tanto, en nuestra seguridad.
Así, la pintura del coche determina su ángulo visual y hace que seamos mejor o peor percibidos en la carretera por los demás conductores. En líneas generales, los estudios sobre el tema señalan que el blanco, el amarillo y, en general, los tonos claros son los más seguros. En cambio, son los colores oscuros y, de manera especial, el negro, el marrón y el verde, los que tienen menor visibilidad en ruta y, por lo tanto, los que tienen más probabilidades de sufrir colisiones. En las posiciones intermedias, se encuentran las tonalidades grises y platas, el azul y el rojo. Hay que tener en cuenta que, obviamente, el entorno en el que circulamos también influye en que un color sea más o menos perceptible. Es decir, que la visibilidad de un coche verde no será la misma si estamos rodeados de asfalto que si circulamos entre frondosa naturaleza.
Ahora bien, no pretendemos asustar a los propietarios de vehículos negros, ya que los estudios concluyen que tiene mucha más influencia en la seguridad la manera de conducir que el color. Creemos, sin embargo, que es un elemento importante que podéis tener en cuenta en el momento de la compra de un coche.
Color y personalidad
Hay diferentes aspectos que hacen que nos decantemos por un color u otro para nuestro automóvil y la personalidad es uno de ellos. Los colores preferidos por los europeos son el blanco, el negro y el plata, elegido por un 30% de los compradores. Y es que este color tiene una gran capacidad para poner de relieve el contorno del vehículo. El blanco, símbolo de pureza, tiene, junto a los demás tonos claros, más adeptos entre el público femenino, mientras que el negro los tiene entre el masculino y está asociado a la elegancia y la sobriedad. En general, los colores oscuros son los preferidos por personas maduras y de estatus elevado. En cambio, los colores más llamativos, como el rojo o el amarillo, son elegidos sobre todo por los jóvenes. Al contrario de lo que se suele creer, la mayoría de compañías aseguradoras no cobran pólizas más elevadas porque el coche sea de color rojo, sino porque los propietarios de éstos suelen ser conductores poco experimentados.
Existen otros factores, mucho más prácticos, a tener en cuenta, relacionados con el mantenimiento y la limpieza. Así, en los colores metalizados las rayadas quedan más disimuladas y en los tonos medios la suciedad se ve menos que en los blancos o negros. Con todo esto, esperamos que la próxima elección de color sea más fácil pero, sin duda, ¡no menos meditada!