El ahorro, el control de gastos y la reducción de la huella medioambiental son tres factores que, poco a poco, están abriendo las puertas a la generalización del carsharing corporativo. Es decir, empresas que ponen una flota de vehículos a disposición de sus empleados. La multinacional eléctrica Endesa o la automovilística SEAT, por ejemplo, incluyen la creación de estas flotas de carsharing entre sus planes de sostenibilidad, al promover el uso racional del coche, sólo cuando se necesita. Si su uso se generalizara en las empresas, aseguran los expertos, se podría disminuir en un 64% del consumo de energía y las emisiones, así como reducir en un 70% del espacio público dedicado al aparcamiento en nuestras ciudades.

¿Cuál es el proyecto de carsharing interno de Endesa? Básicamente, se centra en la existencia de una flota eléctrica formada por una veintena de vehículos, con una autonomía de 130 kilómetros, que funciona en sus sedes de Madrid, Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca, Las Palmas y Tenerife. Desde su puesta en marcha a mediados de 2017, la flota de Endesa ya ha recorrido 90.000 kilómetros, que equivalen a una reducción de emisiones de unas 10 toneladas de CO2. Un éxito que ha animado a la empresa a doblar el número de coches de la flota este año. Y es que, el carsharing ha llegado a las empresas para quedarse y deja de ser una práctica exclusiva entre particulares.

Aparte de ser una alternativa real a la compra de una flota de empresa y a la utilización de otros medios de transporte públicos por el ahorro que conlleva, hasta un 40%, el carsharing tiene un gran aliado para su generalización a nivel corporativo: la digitalización. Los empleados de Endesa, por ejemplo, sólo necesitan hacer una reserva por Internet o por una aplicación específica para usar los coches de la flota. Después, basta con deslizar la tarjeta de usuario para el parabrisas para acceder al vehículo y utilizarlo. Y es que el pago por uso, la utilización versus propiedad, la movilidad y la facilidad se extenderán al sector del automóvil y regirán el futuro de la industria.

Así, uno de los principales actores de la industria automovilística europea, SEAT, la filial española del Grupo Volkswagen, acaba de poner en marcha su propio servicio de coche compartido para dar servicio a sus más de 14.000 empleados. El SEAT Connected Sharing es un servicio con el que los empleados de SEAT pueden reservar por un período de tiempo corto un conjunto de vehículos de la flota corporativa de la compañía a través de una app de manera cómoda, rápida y eficaz. Este servicio es gratuito para usos profesionales y de pago para usos privados, descontándose de la nómina del mes siguiente al uso.

Las tarifas para el uso personal se calculan en función de la duración de la reserva y los kilómetros realizados e incluyen gasolina, seguro, mantenimiento y asistencia en carretera. Este servicio de carsharing se gestiona a través de la app SEAT Connected Sharing que los trabajadores de SEAT pueden instalar en su teléfono y permite abrir el vehículo asignado a través de una llave digital. La iniciativa se engloba en el concepto de movilidad flexible y más fácil de SEAT y permite que los trabajadores de SEAT compartan unidades del León, del Ateca, del nuevo Ibiza y de el último lanzamiento de la marca de Martorell, el Arona.

Este servicio de carsharing se basa en el uso de la tecnología SEAT ID, que permite acceder a los vehículos sin necesidad de las llaves físicas convencionales y hacerlo con smartphone u otro dispositivo digital. Con ese sistema, Seat conocerá al instante quién es el usuario que utiliza el vehículo, con lo que se gana en facilidad de gestión y eficiencia de la flota. La evolución de este tipo de tecnología impulsa el concepto de movilidad con el que SEAT quiere proporcionar soluciones fáciles para usuarios y conductores.

El carsharing corporativo es una muestra más de cómo el renting tradicional se está reinventando para llegar a las pymes por la vía de la personalización y de diseños alternativos. Si necesitas alguna más información, no dudes en contactar con nuestros profesionales.

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El ahorro, el control de gastos y la reducción de la huella medioambiental son tres factores que, poco a poco, están abriendo las puertas a la generalización del carsharing corporativo