El parque automovilístico español necesita una renovación, las nuevas generaciones de conductores valoran a los coches de otra manera y los retos medioambientales van a demandar vehículos prácticos y eficientes. Una nueva filosofía que también se está exportando al mundo de las empresas que, cada vez más, contemplan el desembolso que supone el coche a lo largo de toda su vida útil y no sólo en el momento de la compra del vehículo. Un nuevo punto de vista que contrapone las tres grandes alternativas para renovar su flota de vehículos: la compra financiada, el renting y el leasing. A continuación, vamos a analizar las tres opciones comparando sus pros y sus contras.
COMPRA FINANCIADA
Esta modalidad de gestión de flotas se basa en la adquisición directa de los vehículos, asumiendo su depreciación por uso y tiempo. La compra financiada implica una cuota mensual inferior al resto de modalidades. Sin embargo, no permite tener una previsión del gasto total de cada vehículo, ya que se desconocen los gastos del uso y mantenimiento del vehículo. Obviamente, tampoco contempla la posibilidad de una única cuota mensual, como pasa en el caso del renting. Si se opta por esta modalidad, además de coste de formalización inicial de la compra, mensualmente se tendrán que abonar varias facturas: cuota fija mensual por la financiación y gastos extras variables por mantenimiento e imprevistos del vehículo. La compra financiada tampoco incluye los servicios incluidos en el renting como asistencia 24 horas, mantenimiento, coste de las reparaciones, ITV, cambio de neumáticos o seguro.
Leasing
En el leasing, una entidad financiera compra el coche para cederlo a la empresa en régimen de alquiler a cambio de una cantidad de dinero y durante un tiempo determinado, de tres a cinco años. Al igual que ocurre con la compra financiada, la cuota mensual de leasing no incluye ningún servicio especial (seguro, mantenimiento, etc.,). Sus principales ventajas son su facilidad de gestión, mucho más simple que la de un préstamo, y la posibilidad de renovar periódicamente la flota de vehículos, financiándolos al 100% con un importante ahorro fiscal puesto que las cuotas de amortización se consideran gasto tributario. El leasing , por otra parte, es una alternativa interesante para las empresas puesto que mantiene libre su capacidad de endeudamiento al no tener la operación la consideración de préstamo bancario. Por último, esta modalidad permite la compra final de los vehículos por su valor residual.
RENTING
El renting , por su parte, es una transacción a medio y largo plazo entre la compañía que alquila y el cliente, sin intervención bancaria. A diferencia del leasing, el renting ofrece mayores ventajas fiscales ya que en la cuota mensual, además del alquiler del vehículo, se incluyen los seguros e impuestos, el kilometraje pactado, el mantenimiento del coche, el cambio de ruedas, la asistencia en carretera o reclamación de multas, por ejemplo, dependiendo de los servicios que se contraten. La empresa sólo tendrá que pagar los peajes, el combustible, las multas, si las tuviera, o los desperfectos que se causen en el coche por mal uso. Al final del contrato de renting, de uno a cinco años de duración aproximadamente, se puede optar por prorrogarlo, cambiar los vehículos o, si se desea, comprarlos.
MOVENTO TE RECUERDA
Las empresas tienen tres alternativas a la hora de crear y gestionar una flota de vehículos: la compra financiada, el leasing y el renting.