¿Estás preparado para el invierno? ¿Y tu coche? El frío, el hielo, la lluvia, la nieve, el granizo y las pocas horas de luz afectan especialmente a la hora de conducir, aumentando el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Si tomas las precauciones necesarias, ni tu coche ni tu seguridad tienen porqué verse afectados por el clima invernal. Movento te ofrece una serie de consejos que te ayudarán a no quedarte atrapado en la carretera por el mal tiempo, a adaptar tu conducción a una climatología hostil y al tipo de vehículo que conduzcas.
Revisa el coche. Lo primero que tienes que hacer es comprobar que tu coche está a punto para pasar el invierno y circular en condiciones atmosféricas adversas. Revisa el sistema de refrigeración, los niveles de líquido anticongelante, limpiaparabrisas, líquido de dirección y aceite y comprueba que el dibujo de las ruedas es el adecuado, que la batería tiene el nivel de carga adecuado y que las luces, frenos y escobillas limpiaparabrisas funcionan correctamente. Asegúrate también de que llevas los objetos de emergencia obligatorios (chaleco, triángulo, luces de repuesto, pinzas y rueda de emergencia) y que en el maletero también llevas una linterna, agua, ropa de abrigo, una manta y un kit de primeros auxilios (gasas, alcohol, algodón, esparadrapo…). Por último, lleva la batería del teléfono móvil bien cargada y el depósito de combustible lleno.
Planifica la ruta. Más vale prevenir que curar, asegura el dicho popular. Aplícatelo. Si vas a realizar un viaje infórmate antes del estado de las carreteras (en la web del Servei Català de Trànsit o del RACC, por ejemplo) y de las previsiones meteorológicas. En caso de que, pese a las precauciones, te quedes atrapado en la nieve, sigue las recomendaciones prescritas por Protección Civil: permanece en el interior del vehículo; mantén el motor en marcha con la calefacción puesta; abre periódicamente las ventanillas para renovar el aire del habitáculo; no te duermas; comprueba que el tubo de escape no está obturado por la nieve para evitar que el humo entre en el coche; y enciende la radio para mantenerte informado del estado de las carreteras y las predicciones meteorológicas.
Conduce con suavidad. Reduce la velocidad y adecúala a las condiciones meteorológicas de cada momento, evitando los cambios bruscos de dirección, los adelantamientos o el cambio de carriles, a menos que sean imprescindibles, y evitando pequeños errores de conducción que te pueden salir muy caros. Si hay nieve en la carretera, sigue las roderas de otros vehículos. Si la carretera está helada, aumenta la distancia de seguridad y reduce a una marcha más corta. De esta manera podrás frenar de forma más segura. Si por algún motivo pierdes momentáneamente el control y no puedes gobernar las ruedas porque están bloqueadas, intenta corregir su dirección con movimientos armónicos del volante de un lado a otro hasta detener el coche y, sobretodo, no frenes hasta que recuperen la tracción, puesto que sería la forma más fácil de perder el control.
Cadenas y neumáticos de invierno. Tal y como hacemos al cambiar el armario cuando llega el frío, en buena parte de los países del norte de Europa los conductores cambian las ruedas de verano por los neumáticos de invierno. Éstos tienen el dibujo de la banda de rodamiento más recortado y más profundo para obtener la máxima capacidad de evacuación de agua y conseguir una motricidad superior en condiciones atmosféricas adversas. Por ello son más efectivos que los convencionales cuando la temperatura ambiente baja de los 7ºC, y proporcionan al vehículo una mayor tracción, adherencia y capacidad de frenada. Si no tienes estos neumáticos, lleva siempre contigo cadenas cuando circules por carreteras de montaña o por vías con problemas de adherencia.
La importancia de ver y que te vean. En invierno hay menos horas de luz natural al día y, además, la visibilidad se reduce considerablemente si llueve o hay niebla. Antes de salir a la carretera, comprueba el funcionamiento de las luces de cruce, carretera y antiniebla, y limpia bien el parabrisas y los faros para que la suciedad o la nieve no dificulten tu visibilidad. En caso de nevada o lluvia intensa, los especialistas recomiendan el uso de las luces antiniebla, tanto delanteras como traseras. Si se te funde la lámpara de un faro, cambia las dos ya que trabajan en paralelo, y puede ser que la que todavía funciona también este dañada.
MOVENTO TE RECUERDA…
- El frío, el hielo, la lluvia, la nieve, el granizo y las pocas horas de luz afectan especialmente a la hora de conducir, aumentando el riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
- Comprueba que tu coche está a punto para pasar el invierno y circular en condiciones atmosféricas adversas, que la batería del teléfono móvil está bien cargada y el depósito de combustible lleno.
- Reduce la velocidad y adecúala a las condiciones meteorológicas de cada momento, evitando los cambios bruscos de dirección, los adelantamientos o el cambio de carriles, a menos que sean imprescindibles.