La llegada de la primavera invita más que nunca a aprovechar nuestro entorno más cercano y a redescubrirlo con excursiones y escapadas por algunas de las maravillas naturales que tenemos repartidas por todo el territorio. El coche es, según un estudio del RACC, el medio preferido para los viajes y escapadas de vacaciones. Concretamente, lo utiliza más del 78% de los españoles. Sin embargo, la primavera también es la mejor estación del año para que, una vez llegados a nuestro destino, aparquemos el coche y nos dediquemos a realizar visitas culturales, paseos a pie, circuitos en bicicleta o rutas en kayak. Como sabemos que todavía no te has podido liberar de los hábitos invernales, te damos cinco propuestas para que elijas cuál será tu primera escapada primaveral.
La Ruta del Cister
Los monasterios de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges son los tres vértices de la Ruta del Císter, un triángulo mágico y espiritual que ofrece arquitectura de primera calidad, historias apasionantes, paisajes magníficos y reposo para los amantes del recogimiento y la paz interior. El monasterio de Poblet, que sigue habitado por monjes, data de mediados del siglo XII y alberga las tumbas de ocho reyes de la Corona de Aragón. El monasterio de Santes Creus, por su parte, está deshabitado desde 1835 y destaca por sus preciosos claustros y por albergar la tumba del almirante Roger de Llúria. Finalmente, el monasterio de Vallbona de les Monges es un cenobio femenino y lleva habitado más de 850 años ininterrumpidos. Cerca de su bellísimo claustro reposan los restos de dos mujeres importantes: la reina Violante de Hungría, esposa de Jaime I, y su hija Sancha de Aragón. La Ruta del Cister, sin embargo, no se limita a los tres monasterios que forman su triángulo mágico. También vale la pena acercarse a la bodega modernista de Nulles, firmada por el arquitecto César Martinell, con sus característicos arcos parabólicos y sus enormes tinas circulares; o al recinto amurallado de Montblanc, que todavía conserva toda su esencia medieval.
Parc Natural del Montsant
Uno de los lugares más emblemáticos del Parque Natural del Montsant es el desfiladero de Fraguerau, que debe su nombre a Fray Guerau, un ermitaño que durante la Edad Media vivió en este lugar, también conocido como el valle del silencio. Para hacer esta ruta, recomendable para empezar a adentrarse en las maravillas del Parque, lo mejor es llegar hasta la Ermita de Sant Antoni de Ulldemolins, ya que allí hay una explanada donde aparcar el coche. A lo largo del paseo, que te llevará hasta la ermita de Sant Bartomeu si sigues las marcas blancas y rojas que te irás encontrando, descubrirás un paisaje espectacular caracterizado por las rocas redondeadas fruto de la erosión o por otros espacios con mucho encanto como el gran charco de agua conocido como las Cadolles Fondes.
A orillas del Ebro
¿Quieres disfrutar de tres horas de ruta desde Miravet hasta Benifallet observando la majestuosidad del Ebro? Lo mejor es que dejes tu coche en la plaza del Arenal de Miravet. Desde allí, y bien calzado, tienes que salir del pueblo por la calle Ferreries bajando por la Costa de Riago hasta encontrar el borde del río. La visión del magnífico acantilado rojizo sobre el que se levanta imponente el castillo templario te atrapará. Sigue el camino del Ebro, que domina la visión de todo el río, encaminado hacia Barrufemes. Pasarás por el algarrobo del Onso, al lado del camino, curioso árbol autóctono, y por debajo de la Cova Alta cruzando el barranco del Negrero. Antes de Xesa, las Roques de Besaculs abren el Pas de Barrufemes. Aquí el Ebro te mostrará una de sus caras más vírgenes y bonitas. Al dejar Xesa el ancho camino se transforma en una senda que gana en dificultad pero también en variedad de riqueza natural y paisajística. Después vendrá el Barranc Fondo con Benifallet, detrás de su puente.
En el corazón de los Pirineos
La Vall d’Aran es una tierra peculiar. Es el único valle atlántico de Catalunya y una de las mejores puertas para conocer los Pirineos. Si te animas, acércate a Bossost para iniciar el ascenso al Coth de Baretja. La ruta hacia el Portilhon desde Bossost, por la carretera asfaltada que comunica con Francia, te hará sentir la fuerza de la naturaleza en toda su plenitud. Las hayas dejan paso rápidamente a abetos centenarios que en ocasiones no dejan pasar los rayos de sol. En la entrada de Bossost, encontrarás el cruce que te conducirá al Port del Portilhon. En la parte más alta hay un área de picnic con mesas. Antes de llegar a la cima verás un cruce a mano izquierda que te conducirá, por un fantástico bosque de abetos, hasta el mirador de Còth de Baretja. Desde este mirador se divisa todo el Vall de Luchon y todo el Baix Arán llegando a Es Bordes, Vilamós y el Còth de Varradòs.
Un paseo por el lago de Banyoles
El lago, el sistema lacustre kárstico más importante del país, es el auténtico signo de identidad de Banyoles y su comarca. El mejor lugar para dejar el coche es el Parc de la Draga, cerca de las instalaciones del Club Natació de Banyoles. Aquí, en el parque, se encuentran los restos arqueológicos y la reconstrucción de algunas cabañas neolíticas. Otro punto de interés es la Casa de Fusta, uno de los lugares de libre acceso más emblemáticos de lago, un lugar ideal para almorzar en la hierba junto a un magnífico bosque de ribera. Tampoco te puedes perder la Torre del Rem y la laguna de los Amaradors, una pequeña zona inundable en la que abundan las aves, peces y anfibios. La visita al lago puede finalizar en el pueblo de Banyoles, en el que destacan el monasterio de Sant Esteve, unos de los más antiguos de Catalunya (siglo IX), la muralla de Banyoles, la Llotja del Tint y la Plaça Major.
MOVENTO TE RECUERDA…
- Antes de realizar cualquier salida con tu coche, haz una buena puesta a punto de tu vehículo revisando sus 12 puntos clave
- Lo mejor de una escapada es repetirla. Vigila los pequeños errores al volante, pequeñas acciones que pueden llegar a ser muy peligrosas